Poco podíamos sospechar, cuando apretujábamos esas deliciosas hamburguesas velozmente preparadas, que estaríamos financiando la deforestación de la mayor selva del planeta, el Amazonas. Esa es la auténtica magia del sistema económico actual: lo barato, sale caro en otro lugar. La diferencia de valor siempre está allí, solo que a unos les sale tirada de precio y para otros es más peliagudo. En este caso, la cosa es más complicada: la carne barata de MacDonalds, Burguer King o KFC viene, en su mayoría, de grandes granjas en los estados brasileños de Pará, Rodonía o Mato Grosso que han ido comiéndole terreno a la selva. Son auténticas hamburguesas con sabor a deforestación.
Blog sobre el Cambio Climático y las consecuencias del calentamiento global.