¡Hay pollo pimpollo!¡Res, rica res!¡Hay mono, carne de mono! Ese último grito comercial de 80 decibelios se quedó atravesado en mis vertebras y mi cabeza. Hace poco, me habían advertido de que en el mercado iquitense de Belén (Amazonia peruana) vendían carne de mono. De simios en peligro de extinción. Aunque, me resistía a creer que la belleza de un Maquisala o la de un Choro de cola amarilla pudieran acabar descuartizadas en una mesa. Me equivocaba.
Blog sobre el Cambio Climático y las consecuencias del calentamiento global.