Ir al contenido principal

Quebrando huesos por el medio ambiente, Steven Segal


Nadie protege el medio ambiente en las pantallas como Steven Segal. Su sangre cherokee arde con los ecocrímenes, y cuando empieza a arder es capaz de llevarse por delante hordas de malvados bandidos ambientales. Sus peliculas son malíssimas, sí, pero en Ondaterráquea nos encanta su estilo de proteger al planeta.





 
Un tipo tranquilo
En sus clásicas teleproducciones de serie B, Steven siempre llega a un poblacho rural y se pasea tranquilamente con sus chupas de flecos – regalo de algún gran jefe indio casi siempre–. Camina y mira; charla y pasea con los aldeanos, soltando citas de Lao-Tse, y tomando té verde. Un tipo pacífico sí, ¡pero con los ojos bien abiertos!.

  Al principio, Steven es todo  buena vibra y mensajes new age.

La encantadora viuda
Fase dos de toda clásica película del viejo oso de Detroit: fade in de la hermosa viuda, atormentada por su pasado, y a quien Segal suele conocer, ya bien en los ultramarinos, ya bien en la cantina del pueblo. El flechazo es instantáneo. Fiel a su espíritu caballeresco, no enmpero, Steven se dedica a echarle una mano en las reparaciones de la casa y a ir tanteando el terreno.

Steven echando una mano a una buen viuda en apuros y levantando la ceja, signo de que las cosas van a empezar a torcerse. 
  
Los malvados paletos
Siempre hay un grupo de proactivos maleantes, que sin cuento ni leyenda se dedican a agredir a la peña del pueblo, enaltecidos porque son los lacayos del capo rural. No contentos con echar bidones de residuos tóxicos al río, o apalizar a pobres indios para robarles las tierras, van rompiendo las pelotas a la población local. Pero aparece Steven y las cosas se empiezan a poner rarunas. 

   Toda buena peli de Steven Segal tiene una pelea en un bar.  

Misterioso retiro
Suele tirarse el rollo de que es un tipo hipertranquilo, pero cuando las cosas empiezan a ponerse un poco tensas, los cartílagos empiezan a crujir que da gusto. Y, es que Steven que se las daba de hepítome del pacifismo, es, casi siempre, un agente retirado de una sanguinaria agencia gubernamental yanki. Y lo mejor: tiene un arsenal de municiones de la ostia, escondido cerca de su apacible cabaña. 


   Sí, sí, un tío muy tranquilo, pero que siempre guarda una armería en el baúl. 

Empieza la marcha
Cuando Steven pone su mirada entornada y fija, es que ha empezado la marcha y la gran matanza está cerca. Pasa de ser un amable parafraseador de Buda a un auténtico militar serbo-kosovar. Es en esta fase cuando empieza a dejar sus primeras docenas de cadáveres y aquello de ''proteger a la vida'' pasa a segundo grado. 

  Aquí ya el tipo va a machete: le clava la 'charlie' a quien se cruza. 

Se desata el caos
Llegados a este punto, Steven ya es una maquina indiscriminada de matar: cuchillazos, roturas de cuello, descargas de Uci; cualquier método es bueno para aniquilar a quien tenga delante. No hay piedad. Ha olvidado sus mensajes Zen del principio, y ahora es la encarnación yanki de la diosa Kali.

   Llegados a este punto es la muerte en persona: si te lo cruzas no lo cuentas.  

Un inspirado discurso 
Al final de sus pelis de ecohéroe, Steven Segal suele dar pie a una inspirada reflexión sobre el medio ambiente o sobre la vida en general. Habla de lo preciosa que es la vida en nuestro planeta y como deberíamos tratarla, y vuelve a la fase Zen del principio. Eso sí, se acaba de cargar a 50 personas como mínimo, y el tío tan tranquilo.  

 
No lo vamos a negar: cuando está por la labor puede llegar a ser un tío elocuente. 

Si te ha molado el artículo, también te van a gustar:
-El presidente chino se va de visita a Tanzania y se lleva de vuelta unos cuantos fardos con márfil de contrabando
-¿Cómo nos venden las guerras?
-El lucrativo y cruel negocio del tráfico de perros en Tailandia
-20 pinturas que te harán plantearte todo lo que está mal en este mundo

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

10 leyendas amazónicas para atisbar el corazón de la gran selva

La selva amazónica respira como un gigantesco ser vivo. Un cuerpo antiguo y primigenio cuyos secretos se enroscan en la noche de los tiempos y fluyen a través de sus arterias fluviales. El ser humano es solo un invitado en la gran partitura de su misterio; y su razón una rendija desde la que tan solo se pueden otear sus misterios. Un rugido que recorre la historia de la Amazonia al ritmo de leyendas y mitos tan increíbles como los mismos parajes que tallan la mayor selva del mundo.

¿Cómo nos venden las guerras?

Los estados crean marcos mentales para que la sociedad acepte guerras sin cuestionase los motivos que acabarán con la vida de centenares de personas Cada vez que un estado quiere iniciar o meterse en una guerra tiene que persuadir primero a su población . ¿Pero como lo hace? ¿Qué herramientas utilizan para convencer a la gente para que apoye – o participe – en un conflicto en el que probablemente mueran cientos o miles de personas?. Primero el estado que desee vender una guerra a su ciudadanos, tiene que convencerles de que es legítima; de que estamos en lo cierto; de que los de dentro son “ los buenos ” y los otros, los de fuera son los “malos”. Y, lo consigue, en gran medida, gracias a algunos medios de comunicación que, a menudo, y en contra de lo que debería ser su función, se convierten en el catalizador para los mensajes del gobierno, los grupos de presión, las élites financieras... Gran parte del flujo de información sobre el conflicto en ciernes intentará s...

Comuna 13, donde el arte se convierte en el arma más poderosa

Una de las comunidades históricamente más peligrosa de Medellín y por ende del mundo entero, ha experimentado una brutal transformación como consecuencia de la entrada del arte social naturalista entre sus muros. En los años 80, la oscuridad del narcotráfico corrompió la ciudad y la Comuna 13 era el lugar ideal tanto como base de sus operaciones, como para esconder los restos, muchos de los cuales cadávares, que se desprendían de las mismas. Ahora, un grupo de jóvenes artistas están utilizando la naturaleza como arte para devolver la vida a un barrio diezmado por el conflicto armado y la pobreza.