Nadie,
que crea que la evolución existe, podría negar que el uso energético
del petróleo y sus derivados es la principal causa del cambio
climático. Un proceso que inevitablemente acabará haciendo inviable
la vida en este planeta. Lo que no todos sabemos es que ahora es la
base de la economía mundial, y que un cambio en su precio puede
poner en jaque al sistema financiero global en cuestión de días.
Toda una paradoja la
del crudo: medio de vida y agente de destrucción
masivo.
Los
bancos se habían apuntado a la fiesta del fuel
Las
bolsas y los mercados económicos de nuestro planeta están tan
interconectados, que cualquier ligera variación en uno provoca un
efecto rebote en los otros. Cosa que puede producir un 'efecto
dominó' en cuestión de horas o días. En este contexto, aparece el
fuel como esqueleto de todos los mercados: es la materia prima que
insufla vida a la industria mundial y genera las mayores cuotas de
poder energético (electricidad,
calor, automóviles). Es la actual base de toda nuestra civilización.
La
crisis económica de 2008 (sí, esa que todavía no hemos superado)
se basó en la especulación bestial de un sólo mercado sobre el que
el sistema orbitaba: las hipotecas. Muertas éstas, los inversores se
centraron en el nuevo valor refugio por excelencia: el petrolazo. Una
materia prima que se mostraba estable y en crecimiento; mientras su
uso daña irreparablemente nuestro hábitat. Pero, los
acontecimientos recientes han hecho bajar su precio desde los 100$ hasta
la frontera de los 30.
Como de costumbre, los grandes bancos del planeta (Deustche Bank, JP Morgan o City Bank, por citar sólo a algunos) habían puesto toda la carne en la gran barbacoa. Seducidos por un sector a 'priori' estable, habían invertido cantidades obscenas para perforar todo el planeta; a la búsqueda de esas bolsas fósiles que acabarán por destruir el planeta. ¿El resultado? Llámenoslo metacrisis. Una caída en picada de los mercados, dentro de otra caída que lleva produciéndose durante casi 8 años.
Como de costumbre, los grandes bancos del planeta (Deustche Bank, JP Morgan o City Bank, por citar sólo a algunos) habían puesto toda la carne en la gran barbacoa. Seducidos por un sector a 'priori' estable, habían invertido cantidades obscenas para perforar todo el planeta; a la búsqueda de esas bolsas fósiles que acabarán por destruir el planeta. ¿El resultado? Llámenoslo metacrisis. Una caída en picada de los mercados, dentro de otra caída que lleva produciéndose durante casi 8 años.
Bueno, barato, pero no bonito
Antes
de la era del petróleo energético (en
1895, de la mano de Edwin L. Drake) el aceite de ballena era el
principal combustible de la humanidad. ¿Te imaginas? El proceso
técnico para adquirirlo partía de un grupo de tipos que se iban a
cazar a ballenas. El petróleo, sin embargo, ofrecía mucho más, con
mucho menos trabajo: por cada unida de energía empleado en su
consecución, se obtenían otras veinte con su uso. Por cada barril,
recientemente, se podía duplicar o triplicar su costo.
MONEY.
No atacaba como una ballena cabreada, y estaba debajo de nuestros
píes, esperando a convertirse en lindos y ordenaditos barriles. Las compañías petroleras se convirtieron en las empresas más grandes
del mundo. Y todas las economías se volvieron adictas al OIL. Su
posesión significa poder, y su control (ojo a Oriente Medio) la
clave del poder geoestratégico. Como
reza un dicho de Foropesetas, ''La auténtica divisa del mundo es
el petróleo, el resto son ilusiones''.
El petróleo no es la única energía a la vista para mover un país,
pero es la más barata (junto con el gas). Y retroactivamente, es
casi la que más contamina (detrás del viejo carbón). Se calcula
que alrededor del 33% de la polución del planeta se deriva del
uso energético de este hidrocarburo. Retirarlo del mercado de
cualquier país, significaría el caos instantáneo y la más absoluta
locura; mantenerlo como energía primaria, puede significar el
deterioro total del planeta.
La historia reciente del fuel está ligada a los peores desastres ecológicos.
Un cambio no puede ser sólo más sostenible, sino más rentable
Una transformación del modelo energético hacia las energías
renovables traería un fuertíssimo costo, al principio, pero en
términos macroeconómicos, sería rentable de veinticinco a treinta
años vista. Sobre todo, traería el equilibrio a la balanza
comercial de muchos países (como España, donde es deficitaria a
causa de la importación de petróleo). Y los que se
adaptaran, serían libres del cartel de precios del mundo del petróleo,
que tantas economías pone a temblar.
El
coste de energías sostenibles como la fotovoltaica o la eólica ha
caído fuertemente en los últimos años, dejándolas como una seria
alternativa a combustibles como el carbón y el petróleo. Sobre
todo, en países en desarrollo, con altas necesidades energéticas y
un presupuesto muy ajustado. El problema está en el corto plazo:
éstas energías tienen, de media, una rentabilidad del 3%
durante los primeros años de la inversión. Muy lejos de los
beneficios que presenta la industria petrolera.
Sin
embargo, es una inversión mucho más segura porque está desligada
de las brutales oscilaciones que se producen en otros mercados como
el del fuel. Es más segura y rentable a largo plazo que el
petrolazo. El problema básico del chapapote como inversión es que
su sustrato es un medio al que está destruyendo. Un dilema que no se
produce con las renovables y que les permitirá ser un motor de
crecimiento durante siglos. Esa es la verdarera rentabilidad de esta
fuente energética.
Nuestro entorno es el activo más importante con el que contamos.
El fin de la dinastía del crudo
La era en el que le petróleo mantenía el mundo iluminado está cerca de su fin. La rapidez del abaratamiento de las renovables es la clave; según Jennifer Medina, Jefa de desarrollo, de la prestigiosa marca de análisis de mercado Bigfoot. ''El sistema de distribución energética va a cambiar: hablamos de que las celdas solares funcionan como la tecnología de la información. Esta tecnología, que requiere inteligencia artificial, se abarata exponencialmente cada 2.5 años''.
Medina advierte de que las petroleras son conscientes de este cambio,
''las compañías quieren recuperar su inversión antes de que otro
tipo de energía desplace al crudo. De ahí que el precio esté
bajando por el exceso de oferta”. En esa línea, un informe del
Deustche Bank asegura que las energías renovables podrán generar
electricidad a un costo igual o menor que el petróleo para 2017.
Esta situación se conoce en los mercados financieros con el término
de grid parity.
Y
las petroleras son bien conscientes de esta situación. En
2011, Shell, una de las petroleras más importantes del mundo,
anunció una inversión de 100,000 millones de dólares para la
producción de energía alternativa. Los cálculos de la empresa
indican que 30% del total de la energía consumida en el mundo será
renovable para 2050, con una población que crecerá a 9,000 millones
de habitantes. Parece que, con un poco de suerte, el final del
petrolazo traerá buen viento a la Tierra.
El petróleo ha ayudado mucho a la humanidad, pero le ha llegado su hora. Imagen de Reuters.
Más energía en los siguientes posts:
-Los ríos del futuro cotizarán en suculentos 'petrodólares'
-10 consecuencias muy cercanas del cambio climático
- 8 escuelas para aprender poderes gracias a la 'fuerza'
- El ladrón de luz de Kanpur
Comentarios
Publicar un comentario