La
India es el lugar con mayor número de esclavos modernos del mundo.
De los 46 millones
de trabajadores forzados del planeta, 18
de ellos
viven en la antigua península de los maharajás. Detrás del gigante
indio, se encontraría la China con 3.3 millones de humanos en
situación de laboralidad obligatoria. Ahora, un grupo de
investigadores del grupo Rights Lab ha creado un proyecto llamado
“Esclavitud desde el espacio” donde se investigan las zonas
(especialmente del Rajastán indio) donde se concentra esta practica
tan denostable. Las duras minas de ladrillos del desesierto del
Rajastán, el área que más esclavos concentra.
Betthany Jackson y Jessica Withdraw, investigadoras de
la universidad de Nottingham a cargo del programa, tienen claro que
esta será una manera para luchar mucho más eficientemente contra
esta practica. “Para luchar contra las esclavitud, las ONG
normalmente tienen que pisar el suelo del país en cuestión. Ahora,
las imágenes del satélites nos permitirán encontrar los lugares
donde los derechos humanos no son respetados”. Un desafío complejo
en un mercado de la construcción India; el tercero más grande del
mundo, que este año moverá 1 billón de dólares.
Paletas
a golpe de látigo
Parece que la India está financiando gran parte de su
explosivo crecimiento urbanístico mediante el chasquido del látigo
al estilo antiguo Egipto. Las fábricas del país, que ocupan a 23
millones de trabajadores, son el punto de partida hacia la vida del
yugo. Cuando un jefe de familia de un área rural acepta ir a
trabajar a una fábrica, toda su familia le sigue normalmente. En
estos poblaciones industriales (nunca vayas a Ghorakpur, querrás
morir) se forjan los primeros eslabones de la cadena.
Es entonces cuando se pone en marcha un esquema tan
antiguo como los faraones: el de la deuda. Cada trabajador que entra
en la fábrica contrae una deuda por el material de trabajo, el
alojamiento, la comida... Todo obviamente fluctúa al alza hasta que
un buen día el trabajador se da cuenta de que está endeudado y no
puede pagar su deuda con su trabajo. Entonces, recluta a alguien de
su familia para que trabaje con él y mejorar la calidad de vida de
la familia. Se crea más deuda. Así, hasta que estén legalmente
esclavizados.
Tú también puedes participar
Lo mejor de esta tecnología es que sus desarrolladoras, Betthany Jackson y Jessica Withdraw, la han abierto al público gracias a la plataforma Zoomuniverse, que busca voluntarios para monitorizar las fábricas de ladrillos en tiempo real. La idea es crear un gran registro de información que luego será transmitida a las ONG y al gobierno de la India para presionar a los líderes del gigante asiático. Que, por cierto, han declarado ya a Google maps como "una herramienta de análisis geográfico no valida".
El análisis de esta investigación se centra, de momento, en Rajastán indio.
Los promotores de esta investigación de la universidad de Nottingham han recibido peticiones para que se incluyan en los parámetros de búsqueda otras zonas esclavistas como: las fábricas de opiaceos del triangulo de Oro, refugios militares de señores de la guerra en centroáfrica. O grandes extensiones mineras en la amazonia. De momento, sus promotoras (cuyo proyecto estaba centrado en el análisis geográfico) han puesto sobre la mesa una gran herramienta de cara a cumplir el objetivo de las Naciones Unidas para 2030: eliminar la esclavitud.
¡Recuerda que puedes seguir nuestras historias en Facebook o Twitter!
No te pierdas estos posts:
- Dharavi tour: a diferent perspective of the slum
- La mayoría invisible de Korongocho, Kenia
-India quiere trenes sin huellas de carbono
- En peligro Virunga, último gran regugio de los gorilas
Comentarios
Publicar un comentario