Los
gorilas de montaña se salvan de extinción (de momento) gracias a un milagroso
repunte de la población a hasta los 1004 ejemplares. Así lo ha anunciado el Parque de Virunga, tras dejarse por el
camino a más de 140 guardabosques durante los últimos 15 años. Ha sido un
sacrificio humano y personal terrible, que (de momento) ha salvado a toda una
especie. Su supervivencia, sin embargo, pende de un hilo: su refugio (El Parque
Nacional de Virunga) podría abrirse a la explotación petrolera en breve. Eso y
las milicias de los Mai-Mai que campan a sus
anchas por los montes Rwenzori, involucrándose en el control y el tráfico
de animales y minerales, convierten esta cifra en una gesta heroica.
La Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (la UICN) ha quitado a los
gorilas de montaña del estatus de “críticamente amenazada” después de que este
jueves pasado se conociera la recuperación de esta especie en la última década.
“A pesar de que el aumento de la población de los gorilas de montaña representa
una buena noticia, la especie todavía se encuentra muy amenazada y los
esfuerzos de conservación deben continuar”, aseguraba Liz Williamson, especialista
de primatología de la UICN. De momento, parece que se empiezan a quedar lejos
los tiempos donde se mataba a un gorila de montaña por 20 $.
Escondidos en el corazón de la selva
Los
últimos gorilas de montaña viven a caballo entre una de las zonas más remotas y
sorprendentes del planeta. En las selvas tropicales que crecen a los pies del
monte Stanley (5109 mts) entre los grandes lagos Alberta y Eduardo; en la
innacesible triple frontera entre Uganda, Ruanda y Congo. Ocultos entre el
congolés Parque Nacional de Virunga y el ugandés Parque de Bwindi. Se trata de
un paisaje de color verde esmeralda que crece a espaldas del área desértica de
Sudán. Es un enclave muy innacesible donde también sobreviven animales como el
elefante africano, el de sabana así como el chimpancé, el okapi, la jirafa, el
búfalo cafre y otras muchas aves endémicas.
Los grandes simios esstán desapareciendo a causa de la caza, las guerras y la deforestación.
Sin embargo, este aislamiento no ha sido suficiente para proteger a estos poderosos animales. Durante la década de los 80, su número llegó a descender hasta los 264. Estaban prácticamente extintos. Gracias a la labor de Diane Fossey (Gorilas en la niebla), se consiguió salvar a la población del exterminio. No fue fácil: el filo de un machete se llevó la vida de esta primatologa, de quién se llegó a decir que “torturaba” a los cazadores furtivos con “magia negra” para infundirles miedo y evitar que cazaran a los gorilas de montaña.
Atrás,
queda ya la época de la Gran Guerra
Africana y las guerras del Congo y Ruanda que dejaron hasta 10 millones de
muertos y desestabilizaron la región de una manera tan bestia que lo último
importante para la población era la supervivencia de los gorilas de montaña.
Ahora, las cosas están cambiando y el turismo empieza a sentirse cómodo a pesar
de la amenaza de las milicias populares y el conflicto en el norte de Kivu.
¡Recuerda que puedes seguir nuestras historias en Facebook o Twitter!
Conoce más sobre el Parque de Virunga en:
- Orangután vs retroexcavadora: una pelea desigual, pero llena de coraje
- Virunga echa el candado y se teme lo peor
- En peligro Virunga, último refugio de los gorilas de montaña
- Jane Goodall se une a Ecosia para salvar al planeta
Conoce más sobre el Parque de Virunga en:
- Orangután vs retroexcavadora: una pelea desigual, pero llena de coraje
- Virunga echa el candado y se teme lo peor
- En peligro Virunga, último refugio de los gorilas de montaña
- Jane Goodall se une a Ecosia para salvar al planeta
Comentarios
Publicar un comentario