Todos conocemos esas historias ancestrales de la Biblia
donde una plaga brutal invade la Tierra para eliminar toda existencia de vida
posible. Ya anduvo por esos meandros Moisés en el libro del Éxodo hace más de
2000 años. Lo curioso es que, ahora, los ambientalistas están empezando a
percibir muertes masivas de una especie en un corto período de tiempo. Lo
llaman “eventos de mortalidad masiva”. Y es lo que ha estado pasándole a
diversas especies terrestres durante el último año. En el breve espacio de una
semana, murieron el 60% de TODOS los sagas que hay en el mundo (antílope de la
estepa centro asiática).
Y no han sido los únicos en este final de década: 45.000
murciélagos murieron en un solo día debido al calor en Queensland (Australia).
Idéntica suerte corrieron un cuarto de millón de estrellas marinas al posarse
inertes sobre las arenas de la costa este estadounidense. Se comienza a
advertir un preocupante patrón entre el Cambio Climático y las extinciones
masivas de especies cuyo hábitat se vuelve totalmente inhóspito. Los animales del planeta se están extinguiendo a una tasa más alta que en ninguno de las anteriores seis extinciones masivas que ha atravesado nuestro planeta.
Cuando el rio
suena, agua lleva
Los científicos están alarmados por el aumento de los
sucesos de mortalidad masiva que están sucediendo alrededor del mundo. En la
conocida ya como “la masacre de los safas”, casi un cuarto de millón de antílopes
centroasiáticos murieron rápidamente a consecuencias de la mutación de una
bacteria esteparia como consecuencia del aumento del calor en el área. No son
los únicos andan por esos senderos: los arrecifes de todo el mundo están con un
pie en la caja de madera, debido a la acidificación de los océanos.
El saiga era uno de los animales más característicos de la estepa asiática.
Jesús, José y María. Todo esto tiene la pinta de acabar
con alguna oscura nave-arca adentrándose en el vacío cósmico solo porque no
hemos sabido gestionar lo que ya teníamos. De momento, el término Extención por
Muerte Masiva (Extintion because Masive Death) está empezando a calar en el
discurso de respetados científicos dentro de las redes sociales. “El descenso
de la población de vertebrados entre 1980 y 2015 es superior a cualquiera de
las etapas previas de la extinción que se han vivido en nuestro planeta”, según
el Doctor Gerardo Ceballos de la Academia central de las Ciencias américanas.
Cuenta atrás definitiva
Las cosas van muy mal. Ante la falta de una hipotética
nave nodriza que transporte a las semillas de la vida en la Tierra a una futura
colonia ultrasolar, hay que admitir que la hemos cagado y que probablemente hemos
hecho un daño irreversible a nuestro planeta. Los mejores ejemplos de ello son
los leopardos (quedan 7000 ejemplares) y los orangutanes de Borneo (quedan 5000
ejemplares) que han pasado de no estar en peligro de extinción a finales de
milenio a estar prácticamente al borde de la extinción.
Nunca las especies se habían evaporado tan rápido de nuestro planeta.
Los datos son abrumadores: un 50% de los individuos
animales del planeta han desaparecido durante las últimas décadas. Los
mamíferos han perdido el 80% de su espacio vital en el último siglo. Los científicos
han encontrado billones de poblaciones de mamíferos, peces, réptiles y anfibios
que se han perdido alrededor del planeta, llevándolos a considerar que una
extinción masiva ha llegado más lejos de lo pensado.
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