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Pasar la cuarentena colgado de un árbol

Pasar la cuarentena colgado de un árbol para luchar contra la deforestación es la opción que han elegido unos activistas británicos para presionar contra la construcción de un tren de alta velocidad que va a recorrer el corazón de Inglaterra. El nuevo HS2 (por High Speed 2) unirá Londres con Manchester, y otras áreas del mediocentro inglés como Leeds o Birgminghan. Los manifestantes han alegado que el recorrido de este tren de alta velocidad atravesará 108 bosques antiguos que se extendían a lo largo del cinturón forestal del Reino Unido.Y que su consecucción será un error garrafal para los hermosos paisajes británicos.



El capamento en Crackley Woods, cerca de Kenilworth (en Warwickshire) es la punta de lanza de un movimiento a nivel nacional que reúne a diversos colectivos (como los ya famosos Extintion Rebellion o los miembros de la sociedad de ornotología británica). En este asentamiento, los activistas han decidido crear un poblado en las copas de centenarios robles. Al otro lado de la valla improvisada que configura el campamento, las máquinas excavadoras se alinean para aplanar el territorio a pesar del confinamiento por el Covid-19. Este tren de alta velocidad se ha convertido en una de las obras más polémicas del Reino Unido.

Resistencia ante el final de los bosques
Los bosques de robles han sido una figura emblemática del Reino Unido muy atada a su idiosincrasia cultural y mitológica. Desde clásicos de la literatura como Robin Hood en el bosque de Nottingham hasta libros de culto moderno como Los Pilares de la Tierra, las áreas forestales siempre ha tenido un papel primordial en la british way of life. Ahora, un proyecto de tren de alta velocidad amenaza con acabar con varios enclaves históricos dentro de los bosques de robles ingleses. Alguno de lo cuales contiene ejemplares de hasta 300 años.

            Han creado casas en los árboles para manifestarse en contra del recorrido del nuevo tren.

Para los manifestantes, el tren rápido HS2 es el culpable de acabar con árboles centenarios y con los ricos ecosistemas que albergaban. De acuerdo con los habitantes de las copas, esta obra faraónica afectará a un 80% de los 52,000 bosques de Inglaterra. La empresa constructora, HS2 Ltd, asegura que el impacto ambiental será mitigado, pero diversas asociaciones de vecinos creen que el daño será “irreparable”. “Me rompe el corazón ver todo esto”, dice una vecina de un pueblo cercano a Oxford, “La vida salvaje no tendrá la libertad de bajar a beber al rio porque tendrán un muro de hormigón".


Proyecto mastodóntico vs medio ambiente

El HS2 se ha convertido en un proyecto controvertido que ha dividido a la opinión pública británica. Algunas voces influyentes han asegurado que el High Speed 2 creará cientos de puestos de trabajo, y que se convertirá en un catalizador para el crecimiento económico de regiones deprimidas del sur y del norte. Argumentan, también, que al ser un tren eléctrico (impulsado por energía generada por medio renovables) ahorrará de un 20 a un 30% en el consumo de dióxido de carbono de la región.

El campo inglés se ha rebelado contra estas obras
 
             El campo inglés se ha rebelado contra estas obras que amenazan su herencia natural.

El gobierno británico dio luz verde a este proyecto durante el pasado mes de febrero. Y ha sido allá, en plena ocupación de los bosques donde han sido sorprendidos por la pandemia del COVID-19. Los manifestantes aseguran que el gobierno ha utilizado la cuarentena para seguir construyendo el tren a pesar de las limitaciones impuestas por la cuarentena. Varios grupos entre los que se encuentra la influyente Real Academia de Ornitología británica han denunciado que las obras del HS2 no están teniendo en cuenta los nidos de murciélagos y aves. Y que su impacto en el medio forestal será irreversible.

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Otras historias sobre bosques y árboles:

 - Los árboles son la máquina total
- Muerte por Cambio Climático

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