Hace escasos días, veíamos como el glaciar Thwaites, llamado por muchos como el "más importante del mundo" se encontraba al borde del colapso. Ahora, un grupo de científicos comandados por los glaciólogos John Moore y Mikel Wolowitz se han sacado una locuriza interesante de la manga para luchar contra el deshielo de los polos. Su idea: construir un laberinto submarino que despiste a las corrientes cálidas que viajan desde los trópicos a los casquetes polares, y una gran barrera que los contenga. Si llega a producirse, sería la obra más grande jamás llevada a cabo en nuestro planeta.
El proyecto se presupone más faraónico que la gran muralla China o el Canal de Suez. Aunque, bastante más necesario dado que el deshielo de los polos está aumentando el nivel de los mares y concentrando peligrosamente el calor en los trópicos. Debemos actuar rápidamente si queremos salvar a los casquetes polares de un deshielo que ya ha comenzado. Las previsiones lo exigen: se calcula que para 2100 se habrán fundido más de 1/3 de los glaciares que quedan en pie. Para 2040, pasaríamos veranos sin hielo en los polos. De producirse, el nivel del mar subiría hasta 200 metros, y gran parte del suelo que hoy pisamos sería agua.
Una gran armadura para salvar a los glaciares
El deshielo de los glaciares está añadiendo grandes niveles de agua a los casquetes polares. El objetivo del equipo de Moore y Wolowitz es crear un gigantesca barrera de 100 metros de alto y 120 km de largo que proteja a la Antártida, el Polo Norte y el Polo Sur del efecto erosionador de unas mareas cada vez más cálidas. Para que nos hagamos una idea, el volumen de la obra sería 1400 veces mayor a la presa de las tres gargantas en China. El objetivo, también, sería el de anclar a los glaciares para evitar su fragmentación que siempre es la antesala de su desaparición.
Los polos son imprescindibles para mantener fría la temperatura de nuestro planeta.
El plan es crear una macro estructura que proteja a la masa continental helada de las corrientes subterráneas que van mermando, poco a poco, el hielo de las zonas australes. Moore y Wolowitz han calculado que para proteger al 10% de la superficie helada del planeta que conforma los polos, necesitaríamos invertir 100 mil millones de dólares en este proyecto. El costo parece alto, pero no tanto como dejar que se fundan. Por cada metro que sube el mar, el impacto económico en el planeta se cifra de 14 a 27 mil millones de euros. Una realidad que ya están empezando a sufrir países al nivel del mar como Bangladesh o el Sahara occidental, donde la subida del nivel del mar está haciendo desaparecer a varias ciudades costeras.
La obra más faraónica de la humanidad
Esta
podría ser, sin duda, la obra más faraónica de la humanidad. Un desafío que nos
haría mirar de manera diferente a esos 40,000 km de hielo en apuros que
tan vitales son para la supervivencia del ser humano. Y que tanto estamos
maltratando de momento. Sin embargo, las posibilidades de que el proyecto de Moore
y Wolowitz se presenta todavía muy difícil de llevar a cabo: las simulaciones solo
arrojan un 30% de éxito de momento para el proyecto. Habrá que esperar a que el
ratio mejore. De momento, una fase beta del proyecto ha comenzado en la placa
este de la Antártida.
Las corrientes de agua caliente atacan la base de los glaciares y van desgastando sus costas.
La idea se antoja harto compleja y difícil de ejecutar, pero este equipo de glaciólogos tienen confianza en que sea la respuesta que necesitamos para prevenir el deshielo de los grandes bloques de hielo que mantienen nuestro planeta frío. Aunque, no solo eso: siempre conviene recordar que los glaciares son grandes depósitos vivos de gas natural y otros gases de efecto invernadero como el metano, por ejemplo. La obra más faraónica de la humanidad también nos ayudaría a combatir las consecuencias del Cambio Climático.
Glaciares a la deriva
El planeta se está calentando a marchas forzadas: el efecto de los gases de efecto invernadero está calentando a los océanos, y éstos están aumentando la velocidad con la que se fundían estos gigantes de hielo. El sistema mundial de glaciares va a la deriva. Todo el hielo del planeta está cambiando: las famosas nieves del Klimanjaro han desaparecido un 80% desde 1912. Los glaciares del Himalaya han desaparecido tanto y tan rápido que podrían dejar de existir para 2035. Los efectos de su desaparición provocarán el apagón en el cinturón térmico que creaba áreas templadas en el planeta.
La degradación de los glaciares del mundo es obvia, bastante triste y globalizada.
Desde el Ártico a Perú, pasando por Suiza a los glaciares ecuatoriales de Man Jaya en Indonesia, los glaciares están dando señales de cansancio a nivel terminal. El hielo está desapareciendo muy rápido. “El problema es que con los niveles de dióxido de carbono que hay ahora en la atmósfera, se necesitarían años para mitigar un ciclo de calentamiento cuyo pico no ha llegado todavía”, asegura Wolowitz, uno de los principales valedores de este sistema de retención. De momento, el proyecto se encuentra en fase beta, a la espera de obtener la financiación necesaria. ¿Llegará?
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