¿A dónde van los teléfonos móviles cuando mueren?
Nadie sabe a ciencia cierta qué pasa cuando la pantalla de nuestros
dispositivos se apaga para siempre, pero un ingeniero californiano, Topher
Withe, ha encontrado la manera de darles un mejor uso al servicio de la
humanidad: crear una red ‘espía’ de teléfonos usados que espiarán a los
madereros ilegales, permitiendo así proteger a las selvas de Indonesia; una de
las que más deforestación experimentan del mundo.
Cada año, desparece un tamaño de bosques tropicales
en el mundo equivalente al tamaño de Reino Unido. Los gases de efecto
invernadero que se mantiene acumulados en sus troncos, raíces y canopía se
libera a la atmósfera tras ser cortados (el de las raíces, las hojas…).
Globalmente, esto genera un 17% de todos los gases de efecto invernadero que se
lanzan a la atmósfera. Lo que quiere decir que aparte de luchar contra la
desaparición de las selvas y su fauna, proteger a los bosques tropicales del
planeta es una de las mejores bazas que tenemos en la lucha contra el Cambio Climático.
Una red para escuchar a los madereros
El deseo de cambiar el mundo a mejor es lo que
llevó a Topher desde las costas de su
California natal hasta los espeso bosques forestales de Borneo. “No sabía nada
de esto cuando empecé”, relata White sobre su viaje a las islas del Pacífico en
2011 para participar en misiones de salvamiento de los orangutanes de Borneo.
Entristecido después de su visita al archipiélago de pacífico, Topher, decidió
que iba a luchar para salvar uno de los bosques forestales más amenazados del
mundo con sus propias manos y con todo
lo que pudiera apañarse.
Así, fue
como nació la Rainforest Connection una iniciativa premiada en National Graphic
dentro del programa Chasing Genius, que otorga 25.000 dólares a las ideas más
innovadoras para preservar la naturaleza. Tophen ha creado una red que
literalmente escucha a los madereros mientras estos derriban el bosque. Lo hace
conectando los móviles a unos micrófonos y desperdigándolos por toda la selva
de Borneo. Cuando suena una sierra motora, el equipo está preparado para actuar
y detener a los ladrones en el mismo momento de su acto delictivo.
Cuestión de voluntad
Topher ha creado una empresa, la Rainforest
Conection, con el objetivo de preservar las selvas de indonesia. No en vano,
los bosques tropicales de este archipiélago en el Indico son las 3eras más
grandes del mundo (después de Brasil y el Congo). Todo un lujurioso mundo de
lujurioso verde que se ha visto en jaque debido al amor de la nación isleña por
la industria del aceite de palma y el papel. Algo que la ha convertido en el
tercer país en número de emisiones de dióxido de carbono; solo por detrás de
Estados Unidos y China. Es en este mundo donde el creador de Rainforest
Connection apareció con una montón de móviles usados y una voluntad de hierro.
Indonesia ha perdido más de 2/3 partes de su superficie forestal en los últimos 50 años.
Fue ese gesto, el que le valió el amor de las
gentes de Sumatra. La voluntad del cambiar el mundo a pesar de no tener
recursos; el deseo de ayudar a salvar al planeta. De repente, Topher se dio
cuenta de que podía cambiar el mundo con sus propias manos sin la ayuda de
ninguna institución. Recogiendo móviles usados en las calles de Yakarta, creó
un sistema cerrado que “escucha” a la selva y discrimina los sonidos del bosque
al de las cadenas de las motosierras. De esta manera, los guardabosques pueden
saber si hay alguien intentando cortar los árboles en tiempo real y actuar para
evitarlo.
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