Los bosques del mundo tienen la clave contra el Cambio Climático, pero su gente se encuentra más amenazadas que nunca. El principal culpable es un actor que, a menudo pasa desapercibido: la carne industrial. A medida que se propaga el Coronavirus, se rompen los frágiles equilibrios que había en el mundo de la mayor selva del planeta. Los cambios que se están produciendo ahora en el mayor bosque fluvial del mundo tendrán grandes repercusiones en la lucha por salvar a la mayor área forestal del globo.
El
mundo COVID-19 ha traído una loca expansión de la tala de árboles y la minería
en el trapecio amazónico. En los primeros cuatro meses del año, el instituto
forestal brasileño ha detectado un 55% de incremento en la deforestación de la
Amazonía carioca en relación con el 2019. Esta devastación de la naturaleza
representa una seria aumento de la amenaza a los pueblos de la Amazonía, al equilibrio climático global. Y un factor que puede aumentar la aparición de
pandemias.
¿Por qué la Amazonía se está destruyendo tan rápido?
Mientras
el resto de nosotros vamos a través de la cerrazón del coronavirus, largas
áreas de bosques tropicales (que sirven para estabilizar el clima entre otras)
están siendo cortadas con el objetivo de crear tierras de pasto o explotaciones
mineras. El gobierno brasileño, por ejemplo, presiona con sus políticas de
“desarrollo” de la Amazonía con la intención de promover largas porciones de
limpieza de suelo para expandir la ganadería y sacar dividendo de la
explotación minera y maderera.
De
acuerdo con Greenpeace Unearthed, la expansión de la deforestación creció un
64% en abril comparado al año pasado (y eso que es la época de las lluvias
todavía y los árboles son más difíciles de cortar). El problema es que ahora,
la mayor selva del mundo está entrando en su época seca lo que significa que se
enfrenta a la vuelta de los fuegos estivales. No se deben olvidar los terribles
fuegos que asolar la región amazónica durante el año pasado, estremeciendo al
mundo con la escala de la devastación.
En el nombre del COVID
Jairo Bolsonaro está utilizando el shock del Coronavirus, que ha degradado la importancia del tema medioambiental, para acelerar la expansión de la industria agrícola en la Amazonía. Bajo la cubierta de la cuarentena mundial, Bolsonaro ha estado intentando pasar en el congreso brasileño una ley para dar tierras a los agricultores el derecho a apropiarse de bosques. Afortunadamente, la presión pública de grandes fondos de pensiones y más de 40 compañías europeas (incluidas gigantes de alimentación como TESCO o Marks and Spencer) ayudaron a posponer la votación indefinidamente.
Bolsonaro está en el punto de mira por su gestión de la pandemia y de la Amazonía.
Sin
embargo, la pelea está muy lejos de acabarse y todavía hay mucho dinero de
EE.UU y EU el agrobussines brasileiro. Este mes de junio, un reporte alertaba de los 2 billones de euros en financiación que diversos bancos de UK habían dadoa la industria cárnica brasileña. Las cosas no pintan nada bien para la
Amazonía, los científicos creen que podríamos estar llegando a un “punto de
inflexión” respecto a la mayor selva del mundo: el punto donde la Amazonía
podría no generar suficiente lluvia para sostenerse a sí misma estaría a dos o
tres décadas de distancia.
¿Cuál es la relación entre deforestación y pandemia?
Hay
serias evidencias que relacionan el aumento de la deforestación con la
aparición de nuevas pandemias como la del COVID-19. De hecho, en la Amazonía no
es ninguna sorpresa la existencia de este binomio vírico, pues desde los
últimos años están viendo un aumento en las tasas de chikungunya, dengue, fiebre
amarilla, Zika, hantavirus, leptospirosis y lesihamniosis. Esa es la arista
cortante que se produce en otro lugar del mundo a consecuencia, muchas veces,
de una fast food que tiene que ser rápida y barata, pero que al final es poco
de ambas.
La situación de la Amazonía no es genial, pero hay algún espacio para la esperanza. La presión que consiguió que ejercieron numerosas compañías europeas y norteamericanas sirvió para que la moción de apropiación de tierras selváticas por los ganaderos no saliera adelante en el congreso brasileño, por que los propios conglomerados industriales son conscientes de que muchos de sus clientes no quieren carne o soja que pueda estar vinculada a la deforestación o a la vulneración de los derechos humanos.
Más material para tomar consciencia sobre la Amazonía:
- Hamburguesas con sabor a deforestación
- Los pueblos amazónicos luchan contra la impunidad petrolera
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