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10 'ascuas' para entender los incendios de la Amazonía

Tras algo más de dos  semanas de incendios devastadores en la Amazonía que han arrasado alrededor de 500.000 hectáreas del último santuario arbóreo del planeta, siguen sin estar controlado el que será el mayor incendio en la región desde hace 50 años. Pero, ¿cuáles han sido las causas alineadas que han creado un fuego de tal magnitud? No solo ha sido la bochornosa predación de Jairo Bolsonaro la que ha provocado un efecto en cadena digno de considerarse un cisne negro dentro del mundo ecologista. Hay más y llevábamos tiempo diciéndolo.



El nefasto manejo de la explotación petrolera, el expolio de las farmacéuticas o la brutal extensión de monocultivos de palma son parte de un megaevento pirolitico que podría marcar un antes y un después en la corteza del mayor bosque tropical del planeta. Y es que la Amazonía es un activo que el planeta no puede permitirse perder. Uno que cada año absorbía 2.2 billones de toneladas de Co2; o lo que es lo mismo: lo que contaminan 430 millones de coches. Mucho han tenido que ver, también, el debilitamiento de la capa de ozono alrededor del planeta y la acumulación de calor en los trópicos como consecuencia del #CambioClimático.

10. Mega-mono-cultivos de aceite de palma
Los grandes cultivos de palma absorben mucho de los recursos hídricos de la Amazonía, provocando carestías en los terrenos que las envuelven. Los cultivos de aceite de palma crean además un gran nivel de deforestación que erosiona la selva y elimina arroyos y afluentes importantísimos para el complejo puzzle que es la Amazonía. Sin ellos, se altera el equilibrio del mayor bosque tropical y se acentúan los clásicos fuegos que siempre ha habido en la estación seca. 


      Los monocultivos de aceite de palma se han convertido en una gigantesca pesadilla Amazónica.

9. El nefasto manejo de la explotación petrolera
Las calamidades de Chevron, BP y Shell en la Amazonía han desarticulado a decenas de tribus indígenas entre cuyas tareas se encontraban las de cuidar la selva. El intrincado tejido forestal amazónico es tremendamente inflamable debido a las capas de vegetación y árboles muertos que se van acumulando en las veredas y caminos forestales. Los diezmados Waoroni (Ecuador), Yanomami (Brasil) o Shipibo (Perú) eran los encargados de toda la vida de mantener ordenada su parcela de bosque fluvial. Su fragmentación como consecuencia de los yacimientos de petróleo encontrados en sus tierras ha provocado que no sean tan eficientes. 


      Desastres petrolíferos como este son la tónica de cada día en la Amazonía. Ver para creer. 

8.  La quema de rastrojos para aumentar el espacio ganadero
Alrededor del 20% de la carne que comemos proviene de la ganadería y conreo de la selva Amazónica. MacDonals, Burguer King y Subway son los granders distribuidores de carne de la selva. A través de empresas como JBS; una gran multinacional ganadera enchufada directamente con el gobierno de Jairo Bolsonaro. La gran mayoría de los incendios han sido provocados por madereros y ganaderos para despejar tierras de ganado. Resulta que el país carioca es el mayor productor mundial de carne de res y proporciona cerca del 20% del total de las exportaciones mundiales.


      La selva Amazónica se deforesta (luego arde) para dar cabida a la ganadería de las fast food.

7. El oro y los minerales preciosos se han convertido en su peor pesadilla
El español Francisco de Orellana se adentró en las fauces del Amazonas en 1542 a la búsqueda del mítico El Dorado. Aunque encontró poca cantidad de este material precioso a su paso por el mayor río del mundo, su vuelta a España azuzó una auténtica fiebre del oro que todavía perdura hoy en día. La provincia limítrofe de Madre de Dios entre el Perú y Brasil se ha convertido en el punto neurálgico de la minería ilegal. Una actividad que se ha extendido a los estados brasileños de Amazonas, Pará y Rodonia donde los mineros ilegales alteran los ríos para horadar la tierra.


      El desbarajuste que han creado las minas de Madre de Dios ha alterado el mundo amazoónico.

6. Los asesinatos de líderes tribales
 Esta ha sido sin duda una de las grandes lacras del gobierno de Jairo Bolsonaro cuya volátiles declaraciones han avivado el odio entre los líderes tribales y los ganaderos. Hace escasos dos meses fue asesinado, jefe tribal Amyra Wajãpi, líder de los Wajapi de la provincia de Amapa, donde fue acuchillado a manos de un grupo de hombres armados. Las declaraciones de Bolsonaro han puesto a quienes cuidan a la Amazonía en el punto de mira de paramilitares y ganaderos armados. Sin su cuidado, la vegetación se descontrola y los incendios no se controlan como se llevan haciendo desde hace centenas de años.


       El cacique Emyra era una figura muy respetada dentro del conservadurismo indígena.

5. La terrible sabanización de la Amazonía
El triangulo de deforestación, incendios y Cambio Climático están acercando a la cuenca Amazónica hacia una transformación irreversible: la gran selva tropical se está convertiendo en una sabana. Rápidamente, además. Y eso, la está volvienco mucho más inflamable.  Este proceso alertado por el mítico climátologo brasileño, Carlos Nobre en 1991 es nada menos que un ciclo vicioso de deforestación, aumento de las temperaturas y escalada de los fuegos. Lo peor está por llegar porque según los estudios de Nobre, "el Amazonas ya ha perdido un 20% de su selva en 60 años". Y añade: "Si supera el 25% de su extensión puede producirse en cadena que acabe con la selva y dé vida a otra criatura...Una sabana".


      El suelo fangoso de la Amazonía es extremadamante sensible al calor... Es arena mojada. 

4. Noruega ha cerrado el grifo para proteger a la selva
Noruega dirigía un fondo de ayuda que contribuyó con 1.200 millones de euros a controlar la deforestación del Amazonía. Durante los últimos 10 años, el país nórdico fue la cabeza visible de un grupo de inversores que pagaban al gobierno de Brasil por mantener en pie su parte de bosque tropical. A raíz de la elección de Jairo Bolsonaro y el pésimo cuidado que mantenía de su acuerdo, el país nórdico decidió congelar su aportación dos meses antes de los infames incendios. Su aportación era vital para mantener a raya a los fuegos estivales.


      El aporte de países como Noruega, Alemania o Suecia era vital para proteger la gran selva. 

3. La oleada de Agroquímicos aprobada por Bolsonaro
Poco antes del comienzo de los incendios llamaba la atención la legalización de cientos de agroquímicos por el gobierno de Jairo Bolsonaro. Son puro NAPAL. Desde que Jair Bolsonaro asumió su papel como presidente de presidente de Brasil más de Brasil realizó la aprobación de 239 nuevos pesticidas entre los que destacan muchos prohibidos por la UE por su elevada toxicidad. Compuestos como el glifosfato, el  4-D (acuérdate del gas naranja en Vietnam) o el sulfoxaflor aportan inflamabilidad a la selva brasileña.



       Varios de los nuevos agroquímicos son muy inflamables y están prohibidos en EE.UU.
      

2. El Cambio Climático se fuma la selva 
Como consecuencia del Cambio Climático, el calor se concentra en las zonas ecuatoriales del planeta. Eso es nefastos para los bosques tropicales y lo es para la selva de la Amazonía. Tampoco ayuda el trepidante deshielo de los glaciares de los Andes (donde nace la gran selva) y que han perdido la mitad de su hielo en los últimos 40 años. Tampoco ayudan que durante la temporada seca, las olas de calor se acentúen, convirtiendo así al bosque tropical en un lugar mucho más volátil de lo que históricamente ha sido. 


      El efecto 'sabana' ya se ha dejado ver en África central y no ha sido muy agradable. 

1. Un problema llamado Jairo Bolsonaro
Jairo Bolsonaro es uno de esos personajes que la historia tratará en retrospectiva como un personaje funesto. La historia la estamos construyendo ahora y no alcanzamos a ver como Bolsonaro será reflejado en la historia como un de los personajes clave de la ruina de nuestro planeta que ha llegado a comparar las reservas indígenas con zoológicos. En apenas un año de su mandato, la deforestación en la Amazonía se ha disparado un 80%; los incendios se han duplicado y el mundo entero queda pendiente de la Amazonía. 


 El problema ya no es tanto Jairo Bolsonaro, sino la sociedad que hemos creado para votar a tipos como él.

Más artículos sobre el Amazonas que te serán de ayuda para entender este cristo: 

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