Como
si de una película de los 80 se tratara, la epidemia del Coronavirus está forzando
a los humanos a asociarse de maneras sorprendentes para seguir a flote a pesar
de las imposiciones del confinamiento. Una
de ellas es la cantidad de proyectos en línea que se están llevando a cabo para
ayudar a revertir los efectos del Cambio Climático provocado por el hombre. Miles
de personas alrededor del planeta están aprovechando para minar datos sobre el
planeta que nos puedan ayudar a entender mejor qué está pasando en el mundo y
como solucionarlo.
La
inactividad planetaria está trayendo un aliado inesperado: manos frescas para
ayudar a los científicos. Miles de personas de todo el mundo están utilizando la
capacidad de sus ordenadores para analizar datos sobre calentamiento global, precipitaciones,
corrientes de aire u otros. Y lo están haciendo de manera espontánea y muy
efectiva. El análisis colaborativo se está convirtiendo en una manera muy
efectiva de mejorar la realidad entre todos. Aunque, ya se hiciera algo
parecido para el programa de exploración alienígena SETI (que buscaba la ayuda
de particulares para encontrar vida extraterrestre).
Los reyes del Big Data podemos ser nosotros
Porque,
en realidad, el poder combinado de muchísimos ordenadores de particulares puede
igualarse fácilmente con el de un superordenador. Este paro obligado de millones de personas
alrededor del mundo a repensar cómo pueden ayudar a los demás, aportando su
poder colectivo a unos problemas que parecía intratables hasta ahora; el coronavirus,
la extinción de las especies o el problema del plástico son algunos de ellos.
La app de Earth Day, por ejemplo, nos permite cargar en el servidor las fotografías
y las métricas del plástico que vemos tirado por la calle, o apuntarnos a los últimos
eventos.
Tecnología
y medioambiente, un binómio que podría salvarnos con más eficiencia.
Otros proyectos interesantes como el Spotting Spider Monkeys Project nos permite acceder a la información de cientos de drones diseminados por la selva amazónica. Nuestra tarea, en este caso, sería la de encontrar a los monos en las horas de metraje de las cámaras, y el de etiquetar su comportamiento para entender más sobre este simio icónico en las selvas de América. Esto también ayudará a los investigadores a estudiar los patrones de deforestación e incendios de las selvas.
Los
datos que suben los usuarios nutren todas estas aplicaciones sirve para generar
modelos matemáticos, mapas y algoritmos. Como, Penguin Watch, una aplicación
que te permite encontrar y etiquetar pingüinos gracias a las cámaras que tiene
instaladas en el círculo polar. Utiliza instrumentos de reconocimiento facial
para localizar individuos y otorgarles una etiqueta dentro la base de datos. Luego, los investigadores de la Universidad de Oxford (en el Reino Unido) analizan
esa información para establecer modelos sobre sus patrones de migraciones y ver cómo les afecta el Cambio Climático.
Bienvenido al voluntariado 2.0
Allá
por los vericuetos del siglo XX, el voluntariado era cuestión de ‘pico y pala’
por decirlo de una manera plana. Pero, ahora las reglas han cambiado. Los
voluntariados están empezando a conquistar la red y se hace cada vez más fácil ayudar al planeta desde nuestro espacio privado. Es la revolución de la ayuda
en remoto. Un mundo donde podemos ayudar a cumplir grandes metas colectivas con
la ayuda de la inteligencia artificial. Un paradigma que nos permitirá ser mejores
ciudadanos y científicos a la vez.
El mono araña, Ateles Geofrey, podría ser un gran beneficiado por estas aplicaciones.
Otros proyectos interesantes como el Spotting Spider Monkeys Project nos permite acceder a la información de cientos de drones diseminados por la selva amazónica. Nuestra tarea, en este caso, sería la de encontrar a los monos en las horas de metraje de las cámaras, y el de etiquetar su comportamiento para entender más sobre este simio icónico en las selvas de América. Esto también ayudará a los investigadores a estudiar los patrones de deforestación e incendios de las selvas.
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