El
presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha puesto de rebajas la Amazonía en un
extraño giro de los acontecimientos que tuvo lugar ayer. Ahora, los grandes
fondos de inversión y bancos podrán comprar hasta un 15% del bosque fluvial del
país carioca. A través del programa 'Adopta un parque' la administración del
estado del país verde-amarelho pretende inyectar en su economía grandes sumas para cubrir los gastos del Covid-19. De
momento, ningún fondo de inversiones ha manifestado su deseo de comprar
parcelas a menos de una semana para el inicio del proyecto. Y si los territorios a comprar estarán libres de sus habitantes, pues ellos también tiene mucho a decir en esta operación.
El
ministro de medioambiente, Ricardo Salles, afirmaba que el motivo de este plan
era permitir a los fondos de inversión y a los grandes bancos un
"instrumento" para realizar acciones concretas y evitar la deforestación que está sufriendo el mayor pulmón del planeta. "Participad,
supervisad y actuemos juntos" ha , según cita el Financial Times. Todo
ello, después de que 30 grandes fondos de inversión hicieran pública una carta
conjunta donde cuestionaban la honradez de invertir en un país que está con el
mayor captador de Co2 de nuestro planeta. Ahora, el ultraderechista
Bolsonaro asegura contar con ellos para “que ayuden a cuidar a la Amazonía”.
¿Cooperativas
para salvar la selva?
El
gobierno de Bolsonaro ha articulado una extravagante jugada inmobiliaria para
tratar de recaudar unos reales extra tras conocerse que en este primer semestre
del año ha aumentado un 25% la deforestación en la selva latinoaméricana. Ha decidido venderla. Cuando se cumple un año del día de fuego, que prendió
medio Amazonas, el presidente brasileño decide dar una vuelta de tuerca a su discurso,
y ahora invita a los grandes fondos de inversión a invertir en 132 áreas de selva.
O lo que es lo mismo: un espacio equivalente al vecino país de Chile.
“La respuesta del Gobierno de Brasil es que hemos estructurado instrumentos para vosotros, los fondos, para que vengáis y nos ayudéis a cuidar el Amazonas. Participad, supervisad y actuaremos juntos para salvar esto”, aseguraba el encargado de la cartera de medioambiente, Roberto Miralles, vilipendiado públicamente por su postura ambigua durante los fuegos que azotaron el Amazonas durante el año pasado. La propuesta llega tras una carta pública de 30 grandes hedgefunds desaconsejando invertir en Brasil hasta que corrigieran su política de deforestación. Ahora, parce que la pelota está en el tejado de estos 30 grandes fondos de inversiones, quienes manejan hasta 3 billones de dólares juntos.
Llegan las ofertas tras los incendios
Un año después de los incendios que azotaron la Amazonía, el presidente Bolsonaro se encuentra en un callejón de difícil salida. Por un lado, la comunidad internacional está relantizando ayudas hacia uno de los países que peor han gestionado la crisis del Covid. Por el otro, su apuesta por monetizar laAmazonía (uno de los pilares de su campaña) se ha estancado, debido a la alta tasa de contagio de la región. Su situación es delicada, sobre todo, después de instituciones como el fondo de inversión soberano de Suecia le retiraran sus subvenciones.
Las ofertas han llegado al territorio Amazónico, después del COVID.
¿Su solución? Poner en venta parcelas de la selva en áreas tan controvertidas como las cercanías de Manaos, las reservas de Pará o Mato Grosso; además de varios lotes afectados mucho o algo por los incendios del año pasado. No han faltado las voces críticas que califican este movimiento como “pseudo subprimes de la selva”. Ahora, faltará ver cómo el mercado reacciona; y si es que ve en estos lotes una oportunidad para mejorar el estado de la Amazonía.
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