Nadie se lo podía creer al ver sus letras multicolores
y sus campus llenos de talentos multirraciales, pero resulta que Google se ha
convertido en uno de los principales financiadores del negacionismo climático.
All for the money. El gigante tecnológico habría hecho donaciones
"sustanciales" a muchos de los think thanks más relevantes de Estados
Unidos. Organizaciones como el Competitive Enterprise Institute o el Heartland
Institute, según revela una interesante investigación del rotativo inglés The
Guardian; con el objetivo de abaratar la energía para sus servidores. También, habría participado indirectamente en alguna chapuzilla para ayudar a Trump a salirse de los Acuerdos de París.
Alphabet, el
conglomerado tecnológico al que pertenece Google, también habría estado
inyectando millones a la State Policy Network, una organización paraguas
bajo la cual se refugian otras como la ultraliberal Heartland Institute,
enfocada en el ataque a la ciencia y negacionista del calentamiento global y
que asegura que el entorno natural “está mejorando” y que no existe crisis
climática. El Cato
Institute, el Mercatus
Center o la Heritage
Fundation son otros grupos de presión de marcado tinte
ultraliberal y que niegan el Cambio Climático que han recibido dinero
proveniente de Google.
Dinero sucio, políticas verdes
Google siempre
ha querido mantener esa imagen de compañía cool y moderna que va a la
delantera de la sociedad. Los hechos, sin embargo, demuestran que realizó donaciones
millonarias al CEI, el Competite Enterprises Institute, que ha tenido un papel
fundamental en el derrocamiento de otras leyes ambiomentales a nivel
estadounidense como eliminar la ley que filtraba la construcción de nuevos oleoductos,
congelar las agencias de conservación y medioambiente, o ayudar a Trump a sacara EE.UU de los Acuerdos de París.
Google
se ha convertido en un triste ejemplo para el resto del mundo empresarial.
Google ha
sido listada como sponsor también en la cita annual de la State Policy Network
(SPN) una compañía paraguas que engloba grupos conservadores como el instituto Heartand, una organización radical anticiencia,
que ha tildado a los seguidores de Greta Thunberg como “histéricos climáticos”.
O, los Cato Institute, el Mercatus Center o la Heritage Foundation; todos
reconocibles caras de la industria de los combustibles fósiles en Washington.
Puente
sobre aguas turbulentas
Google
asegura que su financiación a grupos negacionistas busca obtener cierta
influencia sobre sectores conservadores de la política estadounidense que
podrían ayudarles en su búsqueda de un Internet mucho más desregularizado. “Somos
los pocos de sus patrocinadores que están en serio desacuerdo con su política
climática”, aseguró el portavoz de Google”. Para luego añadir: “Amazon como
Google, también ha apoyado la gala del CEI (el Competitive Enterprise Institute)”,
de acuerdo con lo dicho en el New York Times.
El
gigante tecnológico era la esperanza de muchos para que cambiarán las cosas.
“Nuestra
posición sobre el Cambio Climático es muy clara. Desde 2007, hemos operado como
una compañía neutral de carbono y por segundo año consecutivo nos hemos impulsado
totalmente con energía renovable”, asegura uno de los portavoces de Google. Sin
embargo, pocos han reparado en un hecho tan importante como
desacostumbradamente olvidado. El director de energía y de políticas
medioambientales del grupo Alphabet (la matriz de Google) fue el fundador de la
coalición negacionista Cooler Heads hace 20 años; un grupo de extrema derecha
que negaba el Cambio Climático y estaba financiado por la industria de los
combustibles fósiles.
Acabó siendo el asesor de Trump para salir de los
Acuerdos de París.
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