Fieles a nuestro carácter poco práctico, ya estamos empezando a planear 'la mundanza' a Marte para cuando el planeta pegue el gran petardazo. Las propuestas para comenzar el éxodo son variadas, atrevidas y hasta variopintas. Desde magnates de la tecnología que apuestan por acribillar sus polos con bombas nucleares, a empresarios de los reality shows que ya financian expediciones, pasando por huertos de lechugas marcianas. La carrera hacia el planeta rojo ya ha empezado.
Nuestra
querida roca azul no será nuestro hogar para el futuro. Stephen
Hawking al límite lo avisa: “La humanidad tiene sus días
contados: nos queda planeta para 1000 años”. Marte es, sin duda,
la gran alternativa: su atmósfera delgada de dióxido de carbono y
el hielo de sus polos, lo convierten en un gran candidato para darnos
cobijo en el sistema solar. Ya la tuvo, probablemente, hace 3.000
millones de años cuando se cree, albergó mares y valles con las
condiciones para albergar vida.
Bombas
atómicas, campanas del infierno
Como
si fuera un episodio
anacrónico del clásico hindú Mahábharata, hay
quien asegura que la solución más rápida para hacer de Marte un
planeta viable es bombardearlo nuclearmente. Para el gurú de la
tecnología Elon Musk (el pensante tras Tesla Motors, Paypal o
SpaceX), la forma más rápida de calentar el planeta sería lanzando
bombas termonucleares en sus dos polos. Una solución a corto
que permitiría rebajar los -90º grados
de media que se viven en el orbe rojo.
Esta
solución drástica y ‘roquera’ contribuiría a aumentar la
temperatura y la presión atmosférica del planeta rojo; y para
que funcionase (supuestamente) se tendría que repetir hasta
que se diese un ciclo de agua en el planeta. Para lograrlo, según
Musk, “habría que añadir a su atmósfera gases de efecto
invernadero, lo que provocaría un proceso por el que se
desencadenaría más Co2 y vapor de agua a la atmósfera”. Que,
favorecerían la creación de una atmósfera y la bajada de
temperatura.
De
momento, la empresa de Elon Musk dedicada al transporte aeroespacial,
SpaceX ya ha anunciado su previsión de enviar una nave para el 2018.
Se llamará Red Dragon y
será la primera nave privada de la historia en descender a un
planeta de nuestro sistema solar. ''Todo esto va a ser muy loco. Así
que espero que sea interesante'', apuntó Musk, mientras daba a
conocer que la maquinaria de la Dragon le permitirá aterrizar en
cualquier planeta de nuestro sistema solar.
Mutantes on-line y lechugas marcianas
Los humanos no estámos hechos para el planeta rojo. Su gravedad (un 38% más débil) nos haría vivir coartados por nuestra baja densidad. Igual que sus condiciones metereológicas y fuerte radioactividad, que nos harían vivir encerrados en entornos seguros. A menos, que cambiemos nuestros genes. Mutación, sí. Esa es una de las propuestas de la agencia estadounidense de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA): enviar seres trasngénicos a Marte.
Humanos con niveles superiores de hemoglobina en la sangre podrían aprovechar el poco oxígeno presente para respirar; o incluso se podrían aprovechar genes encontrados en bacterías muy resistentes a las radiaciones solares. La exploración de Marte abre un sinfín de posibilidades de las que ya están empezando a utilizar los más advenedizos. Un equipo del que forman parte los productores de Gran Hermano, quería grabar un reality en las arenas marcianas, llamado Mars One.
Todo parece indicar que la lechuga será el arma alimenticia del mañana cósmico.
Aunque no todo son ideas descabelladas, La Spaceflight Society de la Universidad de Southampton da cobijo a un programa que intenta desarrollar variantes de lechugas que puedan vivir bajo las condiciones atmósfericas del planeta rojo. Gracias a un sofisticado invernadero automático, que las convertiría en las primeras semillas vegetales de 'uso alienigena'. Se puede encontrar el proyecto en Twitter bajo el hashtag #LettuceonMars y prometen llevar huertos hasta los desiertos marcianos.
Mutantes on-line y lechugas marcianas
Los humanos no estámos hechos para el planeta rojo. Su gravedad (un 38% más débil) nos haría vivir coartados por nuestra baja densidad. Igual que sus condiciones metereológicas y fuerte radioactividad, que nos harían vivir encerrados en entornos seguros. A menos, que cambiemos nuestros genes. Mutación, sí. Esa es una de las propuestas de la agencia estadounidense de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA): enviar seres trasngénicos a Marte.
Humanos con niveles superiores de hemoglobina en la sangre podrían aprovechar el poco oxígeno presente para respirar; o incluso se podrían aprovechar genes encontrados en bacterías muy resistentes a las radiaciones solares. La exploración de Marte abre un sinfín de posibilidades de las que ya están empezando a utilizar los más advenedizos. Un equipo del que forman parte los productores de Gran Hermano, quería grabar un reality en las arenas marcianas, llamado Mars One.
Todo parece indicar que la lechuga será el arma alimenticia del mañana cósmico.
Aunque no todo son ideas descabelladas, La Spaceflight Society de la Universidad de Southampton da cobijo a un programa que intenta desarrollar variantes de lechugas que puedan vivir bajo las condiciones atmósfericas del planeta rojo. Gracias a un sofisticado invernadero automático, que las convertiría en las primeras semillas vegetales de 'uso alienigena'. Se puede encontrar el proyecto en Twitter bajo el hashtag #LettuceonMars y prometen llevar huertos hasta los desiertos marcianos.
Tu
querido vecino, el inmigrante alienígena
No
nos engañemos, el segregarnos en dos planetas acabará por crear una
especie con dos claros vectores:
los terrestres y los marcianos. ¿Será el amanecer de una nueva
raza? Después de unas cuantas generaciones, empezarán a aparecer
cambios considerables. Los científicos creen que los habitantes del
planeta rojo se irán haciendo más delgados y altos; que su piel
será de un blanco vampiresco por la falta de contacto con el
exterior y que perderán todo el vello capilar.
También,
apuntan a que sus dentaduras se irán haciendo más pequeñas con el
paso de las generaciones, debido a una dieta monotemática de
preparados solubles. Otro dato reseñable es el de la fuerza: los
terrícolas desarrollarán siempre una mayor fuerza muscular y
densidad osea como consecuencia del anclaje de la gravedad. ¿Y los
marcianos? La lógica apunta a que su aislamiento y la falta de
actividad exterior les hará hiperdesarrollar su inteligencia y sus
funciones cognitivas.
¿Con
el paso de las centurias, se convertirán en seres más desarrollados
psíquicamente?¿Serán los terrícolas la fuerza bruta y los
emigrados cósmicos el motor mental? Todas estas preguntas merecen
una revisión sería, si queremos permanecer siendo una raza unida. O bien, convertirnos en un crisol de subespecies que pueblen el cosmos
con diferentes características que nos podrían hacer perder el
standard 'humano''. En breve comenzará la carrera y el cosmos espera
para cambiarnos a todos.
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