Las selvas del mundo tienen tal complejidad e
inmensidad en su naturaleza, que no pueden ser atrapadas por el embudo de un reportaje
o el ojo mecánico de una cámara. Son lugares de colores imposibles, historias
mágicas y noches amargas. Cuyo verdadero rostro sólo se revela bajo el trazo de
un pintor capaz de absorber sus misterios. Te presentamos un decálogo con lo
mejor de la producción selvática en formato plástico; desde los artistas de las junglas del Triángulo del opio hasta los indios del asfalto boliviano.
Se trata de un mundo todavía mágico y misterioso que se resiste a
revelarse ante la retina de los desconocidos. Pero, que se deja entrever en las
junglas geométricas del pintor tailandés Rukkit Kuanhawate; en las paredes
suburbiales de la maltratada Kinshasa (Congo). O en las galerías de arte de la
carioca, Manaos. Que actúan como las piezas perdidas de un gran puzzle
vegetal que la humanidad todavía no ha terminado de comprender. Y cuyos numerosos secretos se asoman entre las obras de estos geniales artistas gráficos.
La jungla cúbica de Rukkit Kuanhawate
Las
coloridas estampas animales de las selvas de Indochina se transforman en un
vibrante universo cubista, gracias a la mano de este pintor tailandés. Este
original graffitero se inspira en la estructura cubicular de los legos para dar
vida a las criaturas (reales o mitológicas) que campan a sus anchas por las
ciudades del sudeste asiático. Y cuya presencia en las ciudades orientales transforma el tejido caótico de las urbes, en un laberinto cubicular de color y vida.
La realidad inforescente de Yahuarcani
Las
culturas nativas del Amazonas defienden la existencia de una metarealidad energética.
Un mundo que se esconde tras el nuestro, donde todo está conectado por energía
y donde habitan entidades no humanas. A la representación de ese mundo ha
dedicado su obra el pintor peruano, Remember Yahuarcani. Su trabajo transciende
los límites de lo visual y nos adentra en un mundo donde se emparentan imágenes
del mundo amazónico con reflexiones universales.
Color caribe y alma de selva en San José
Cuando
las terrosas lianas se encuentran con los arrecifes de coral caribeño, el
resultado no puede ser otro que una cascada de color. Y arte. Que recorre toda
la geografía de la tropical Costa Rica para instalarse en los muros de su
capital, San José. Para recordarle a sus habitantes que la selva sigue allí: al
borde de su área de confort. Donde la tecnología se oxida y la vida salvaje
vuelve a brotar con la fuerza de un jaguar.
La mano que reescribe las junglas de asfalto
Muchos
de los fríos y grises muros de las urbes latinoamericanas se están
resquebrajando, dando paso a imágenes de ensueño del pasado pretérito del continente. Son auténticas llamaradas de color que reptan por los muros de las
urbes suraméricanas. La mano tras parte de esa transmutación cromática no es otra que la
del artista ecuatoriano, Steep Aeon. Un pintor en la selva de hormigón que
parece dotado de un tercer ojo para revivificar las junglas de asfalto.
Mensaje en las paredes de Kinshasa
Las paredes de la capital de Congo exudan poderosos poemas visuales. Auténticas ventanas al mundo de los maravillosos bosques fluviales de este país centroafricano, maltratado a más no poder desde que se descubrió su riqueza de minerales en 1880. Lo misterioso y primitivo de la selva del río Congo (la segunda más grande del mundo) se cuela entre el cemento de la urbe africana para transmitir el mensaje de su pasado. Y se combina con la dura realidad política del país.
La fuerza animal de Hua Tunan
Hua
Tunan es un pintor y diseñador chino que retrata la vida animal de las selvas
de su país como si sus dedos fueras garras de tinta. Una furia que crea dibujos
llenos de trazos salvajes y fuerza primigenia. Una manera muda de denunciar los
atropellos medioambientales del gobierno chino en los incomparables bosques
tropicales del región sureña de Yunan. Un área de profunda belleza cuyo manto
verde ha desaparecido un 67% en los últimos 30 años.
El bosque mágico de Harshvardhan Kadam
¿Puede
haber un lugar más colorido que la India? Entre las despiadadas calles de
Mumbay, destaca la misteriosa y cósmica obra de Kadam. Un artista callejero,
afincado en la tropical Goa, que retrata el conocimiento ancestral y la magia
solitaria que emana de las selvas indias. Su trabajo resalta la comunión con la
naturaleza que tienen los místicos ascéticos hindúes. Y el carácter sagrado de
la selva en la milenaria cultura del Indostán.
El mundo indígena de Victor Churay
Nadie
como el pintor amazónico, Victor Churay, para representar la relación de los pueblos
indígenas con los bosques tropicales. Su pinturas eran auténticas diapositivas caleidoscópicas de las creencias animistas de las tribus de la mayor selva del mundo. Y formaban
una auténtica crónica gráfica de los indios del Putumayo, esclavizados por los caucheros a principios del siglo XX.
Mestizaje y fusión en el hormigón de Honolulu
Las
paredes de la capital Hawaiana son el vivo recuerdo del mestizaje de esta isla
del Pacífico. Una lejana insula de la Polinesia, dividida entre la herencia
natural de sus bosques tropicales y su membresía a los Estados Unidos. Una
dicotomía que aflora en el momento en el que sus bosques tropicales dejan paso
al cemento de las ciudades. Momento en el que se abre la puerta a un arte
callejero lleno de fusión entre naturaleza selvática e iconos pop
estadounidenses.
Para
el graffitero brasileño, Boleta, no hay mejor lienzo que la selva en sí misma.
El trabajo de este original artista se cuela entre los bosques tropicales del
país carioca, dejando su impronta en árboles, paredes o rocas. El resultado es
psicodélico y genial, pues aporta un auténtico lenguaje surrealista a la piel
de los bosques. Aunque, su trabajo puede provocar que otros con menos talento
llenen la selva de sus disparates.
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