Hay
sitios en este mundo donde el cansancio del recorrido, el silencio extremo y el
extraordinario y aterrador paisaje, nos recuerdan a los seres humanos que somos
insignificantes ante la magnitud de la naturaleza. Noruega representa en la
imaginación colectiva el símbolo de una naturaleza indomable e impresionante. Una multitud
de paisajes aislados donde el hombre no ha dejado huellas permanentes de su
travesía. En parte, debido a la baja densidad de población de este
país, que llega a contar con poco mas
que 5 millones de personas (14 habitantes por km2).
Entre los acantilados más espectaculares de Noruega, se encuentra la
roca que lleva el nombre de “Trolltunga”. Es el destino de una excursión que constituye una experiencia irrepetible. La existencia de este lugar, al
igual que muchos en los países escandinavos, está estrechamente ligada a los mitos
nórdicos y, en particular, a la figura mitológica del Troll. Gigantes y fuertes; no muy
inteligentes, pero si muy vengativos, así es como podemos describir a los
trolls (los seres de la mitología del norte sobre los cuales se han creado
leyendas desde la antigüedad). De acuerdo a los mitos, nacieron de grandes
piedras y sólo la luz solar les puede devolver a su pétreo origen.
Quien quiera llegar, tendrá que
merecerlo
Los cuentos dicen que uno de
los más bellos fiordos de Noruega conocido como Troljorden
es el lugar donde un gran numero de trolls sigue viviendo. El otro lugar, donde
se supone que los trolls se alojan es en el fiordo de Hardanger, en Trolltunga.
Se dice que han aprendido a sufrir unos meses, de junio a septiembre, cuando
los turistas vienen a visitar el lugar.
El nombre “Trolltunga” significa literalmente “lengua de trol” y deriva de la forma de lengua de la roca que se encuentra al final de este recorrido de 22.26 km ida y vuelta (unas 10 horas de camino). Y que vuela a más de 1.100 metros de altura sobre el nivel del mar en el municipio noruego de Odda (Hardanger), 200 kilometros al sur de la ciudad de Bergen.
En los primeros 1.700 metros, empieza el recorrido en las vias de
un funicular, que ya no funciona, llamado Mågelibanen.
Fue construido por la compañía AS
Tyssefaldene en 1911-1912 para el transporte de trabajadores y
equipamiento de su factoría y asciende a 430 metros. Desde el momento de su
cierre, los 2.500 pasos con pendiente de 42° del viejo funicular se han
degradado y, tal vez, provocan
que muchas personas desistan de la excursión.
Camino al mito
La exigencia del camino es media; en particular en los primeros
kilómetros donde se asciende hasta algo
más de los 800 metros. En ellos, la inclinación es considerable y en algún momento
se podría hasta tener que gatear, pero no es necesario tener pericia de escalador, solo
se necesita cierta condición física. A partir de los pasos de la funicular, por
todo el recorrido, llegar a Trolltunga constituye una experiencia única: un
viaje que pone en prueba la fuerza física y de ánimo de los turistas, en un
lugar donde la única forma de sobrevivir y llegar a la meta es la adaptación al
entorno, su respeto y comprensión.
Para acabar el recorrido hay que superar todo tipo de emociones: la fatiga, la ganas de dar marcha atrás, el desafío con uno
mismo, la voluntad de superar los obstáculos naturales frecuentes y las
limitaciones personales. Hasta el final, cuando todo desaparece y queda solo un
espectáculo asombroso. Los
obstáculos ya se han olvidado. Obstáculos que representan una advertencia,
fundamento de muchos ámbitos de la vida en Noruega: quien quiera llegar al
destino, tendrá que merecerlo. Sin embargo en este caso, vale la pena.
Senderismo en las tierras de Odín
El recorrido que llega hasta la roca de
Trolltunga es una inmersión total en el la naturaleza salvaje, una ruta entre
largas escaladas, caminos en la nieve y en la tierra mojada por el deshielo, por
lo que es fundamental contar con una buena dosis de voluntad, fuerza de la mente y el equipo
adecuado. Una naturaleza extrema, con la que los pueblos nórdicos están
acostumbrados a vivir durante siglos. Pero no los turistas. Hay que tener en cuenta las recomendaciones sobre el tiempo.
El mejor momento para hacer el trayecto es entre verano y septiembre (para
evitar las heladas y tormentas de nieve). Hay que llevar el equipo
necesario (robustas botas de montaña, ropa extra) y estar preparados para
el mal tiempo; llevar un mapa y una brújula; para comer y beber; una linterna y
un botiquín de primeros auxilios). También hay que echarle un vistazo a la
reciente campaña de comunicación específica para los turistas cuyo fin es
reducir el número de accidentes en la zona. Y, sobre todo, vigilar los selfies en las zonas peligrosas.
Más
allá del vértigo
Trolltunga ha sido siempre una oportunidad para gozar de un
paisaje asombroso, que llena los ojos y los ánimos de los excursionistas. Al
mismo tiempo, este sitio constituye una oportunidad para los viajeros con el
afán por conseguir la foto perfecta en situaciones extremas. Por toda la red,
ha viajado la foto del atleta de parkour Tobi Segar y de su
acrobacia en la punta de la roca (se puso de pie justo en el borde de la pieza
plana de roca, antes de saltar en el aire para comenzar la hazaña en un
acantilado de 700 metros).
Segar dijo: "Todo el mundo tiene miedo a
las alturas, sólo se necesita tiempo para aprender cómo hacer frente a ese
miedo racional (…) He estado entrenando Parkour durante unos 10 años, que es lo
que realmente mi motivación para experimentar tanto como sea posible durante
mis viajes mientras que todavía soy joven".
Una
experiencia inolvidable, para vivir y, al día de hoy, compartir.
Desafortunadamente, no son solo los que se podrían definir “expertos” en
los deportes extremos a estrenar sus habilidades, tal vez ni siquiera es
cuestión de hacer piruetas y dar saltos. A 800 metros de alturas, un simple
paso puede llevar a una caída letal. No se había registrado ningún accidente
grave en Trolltunga hasta el año 2015; cuando una joven estudiante australiana perdió la vida por hacerse un selfie.
Este rincón del mundo lleno de
magia salvaje es el hogar de mitos antiguos y ancestrales
No
te la juegues y #BeSafie
Resulta que la gente está dispuesta a hacer
un gran esfuerzo, y arriesgar la vida y la integridad física, con el fin de
capturar la foto perfecta de sí mismos. Bajo la idea de que no merece la pena
arriesgar la vida por un selfie nace el concepto #BeSafie. Noruega es el
primer país en lanzar una campaña de concienciación y comunicación sobre este
tema para concienciar a los turistas de la importancia de la seguridad en la
montaña, que empieza por una preparación previa al inicio de la actividad al
aire libre. ¿Si el 2015 ha sido el año de los selfies peligrosos, porque el 2016
no puede ser lo de los selfies seguros?
Un artículo de Silvia
Simonetta. Periodista, y viajera de suelas curtidas, compagina sus viajes
por el mundo con la practica de la Cooperación Internacional y la comunicación.
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