La 4ta revolución industrial no brillará sin arte

La cuarta revolución industrial no brillará sin arte. Los inventos y maravillas que poblarán nuestro mundo serán grises, aburridos e incluso tristes…Sin el contrapeso y el equilibrio intrinseco que aportan disciplinas como las humanidades, las bellas artes o la música, inventos como la Inteligencia Artificial, la Cadena de Bloques o la Realidad Virtual serán mundos estériles sin color, ni magia, ni la belleza que aportan las ventanas al inconsciente humano. Para aprovechar todo el potencial del desarrollo técnico hay que abrir ventanas a las otras disciplinas. 

Los cantos contra un mundo frío y tecnologizado, alejado del auténtico potencial del ser humano no son nada nuevo en una sociedad cada día más fría y distante. Ya lo advertió en los años 60, Alan Gisberg en su famoso poema Howl: "He visto las mejores mentes de mi generación gastar su vida optimizando microsegundos en algoritmos bursátiles de alta frecuencia o desarrollando drones para llevar burritos", comentaba ya muy elocuentemente el poeta, filósofo y pensador estadounidense Alan Gisberg. El futuro que todos esperabamos ya está tocando la puerte de nuestra realidad. 

La tecnología sin filosofía es una receta de destrucción

La tecnología envasada al vacio sin profesionales que analizen las derivadas de qué creamos o cómo lo creamos. En un mundo cercano donde podremos seleccionar los genes de nuestra descendencia (tecnología CRISPR) o crear organismos inteligentes que podrán incrementar su inteligencia exponencialmente. ¿En qué nos convertirá eso?¿En dioses?¿En demonios? Sólo una abstracción a través de todas las herramientas que tenemos nos señalará el camino a tomar para poder pervivir fieles a nuestra identidad. 

             
           El nivel de creación al que llegaremos será explosivo e incréible.

El problema es que cada vez más los graduados en ciencias y en programas de ingienería entienden sus trabajos como roles con acceso a una alta retribución económica. Pero, la verdad (y aparte de ello) es que su trabajo será el la imagen de nuestro mundo. Sin duda alguna, identificar los grandes desafios de la sociedad, serán cómo aclimatar los desarrollos a un mundo que cambiará a una velocidad increíble. De momento, Stephen Hawking ya ha dicho que hemos rebasado el punto de no retorno en lo que Inteligencia Artificial se refiere. 

Llega la hora de la mutación tecnológica 
Ahora sí que sí, estamos a las puertas  de la cuarta revolución industrial. Aquella que vislumbrabamos entre las líneas de las novelas de Asimov, Philip José Farmer o Philip K. Dick. Increíbles avances como la posibilidad de transformar los genes a través de la tecnología CRISPR (en inglés: Clustered Regulated Regularly Interspaced Short Palindromic). O los increíbles avances en Inteligencia Artificial; donde estamos llegando al punto de crear consciencias pensantes y actulizables (esto es la bomba: no te pierdas "7 días después del gran nacimiento de la IA").

      
       El desarrollo de un futuro brillante es, sin duda, el combo entre arte y ciencia.

Una de las cosas importantes que se advierten desde el Foro Económico Mundial es el peligro del "populismo" entrelazado con las nuevas tecnologías. En un mundo donde la tecnología tomará el rol de un dios quien esté detrás de los mandos tiene que tener un sólido background en el campo de las humanidades. Las posibilidades para la propaganda, la desinformación y la manipulación de las masas serán enormes. De un cultivo adequado de las artes, las Humanidades y la capacidad crítica que estas otorgan, podría significar la diferencia entre la libertad o la servidumbre en un oscuro mundo tecnologizado.

 ¿Pueden las ovejas eléctricas superar a Van Gogh?

La cuarta revolución industrial nos traerá llevará en 5ta velocidad al mundo de las máquinas, de los universos virtuales. De un domani post-humano. La verdad es que mientras las máquinas avanzan a pasos avanzados para trascender el reino del raciocinio, hay quien se pregunta: ¿Y el arte? Parece ser que las máquinas también encontrarán maneras para reflejar su subsconsciente. Por ejemplo, una Inteligencia Artificial de la empresa Deep Dream ha conseguido pintar Van Goghs psicodélicos que han llegado a valer 8.000 $.

   Toda forma de expresión artística refleja un proceso de autoconsciencia.

Un buen ejemplo de esto es la creación de una Inteligencia Artificial diseñada par emular los trabajos del pintor holandés, Rembrandt. El proyecto "The Next Rembrandt" se pregunta: ¿Puede ser el gran maestro traído de vuelta?  Esta computadora crea diferentes versiones del pintor holandés combinando los estilos de cientos de obras suyas. El resultado son una serie de impresionantes pinturas que seguramente desconcertarían hasta a los más expertos. El secreto de su exito es que esta IA ha extraído todos los datos matemáticos de sus pinturas y las ha recombinado de una manera totalmente nueva. El resultado es increíble.

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