Nadie
podría decirlo, pero es verdad: el mundo se está quedando sin arena. Y a
marchas forzadas. Puede que sea un material que puede ser encontrado en todos
los desiertos y playas alrededor del mundo, pero también es el segundo
recurso natural más consumido del planeta. Está prácticamente en cualquier
expresión de la construcción humana, y se ha convertido en un pilar de nuestra
civilización. Sin embargo, sus finos granos están en peligro debido a las necesidades de esa máquina ciega que es la sobrepoblación.
A pesar de que pueda sonar trivial, la arena es un ingrediente
fundamental para nuestras vidas. Es la materia prima a partir de la cual están levantadas las modernas ciudades de hoy en día. Básica también para construir cualquier cosa que lleve cemento, por ejemplo. Sus granos son vitales en la mezcla de arenas que levantan nuestro mundo. Pero, también forma parte del cristal en cada ventana o pantalla de
ordenador de nuestra civilización; que está hecho, también, de arena fundida. Su componente esencial, el Silice, es un magnifico aglutinador en su estado natural y crea estructuras cristalinas una vez que se funde.
Vamos cortos de arena
Lo creas o no, vivimos en un mundo que va muy corto de arena. "Cómo
podemos ir cortos, si hay por todas partes?", puede que pienses. Todos los
grandes desiertos, desde el Sáhara hasta Arizona, tienen hermosas dunas de
arena. Las playas en las costas están llenas de trillones de pequeños granos. "Dónde está el problema",
escupen muchos. Lo creas, o no, el mundo está afrontando una sería
escasez de arena que está fomentando la aparición de mafias en lugares remotos
del mundo. Países como Bangladesh, Sudán o Indonesia desde donde nos
llegan partidas cuantiosas para acomodar las demandas de un mercado gigante.
Se ha reparado bastante poco en que el mundo ya se está quedando del todo sin arena.
El problema, básicamente, reside en el tipo de arena que necesitamos.
La del desierto no sirve para construcción, por ejemplo. La increíble
cantidad de granos de Silice, que necesitamos, se destina a hacer cemento en su mayoría. Para ese fín, se
suele utilizar granos angulares como los que hay en los que conforman los
deltas de los ríos o las playas. La demanda de este material es tan intensa
alrededor del mundo que los países en vías de desarrollo están
siendo literalmente saqueados para satisfacer la demanda. El impacto ecológico es grave, a su vez, como sucede cuando se drenan los fondos de los ríos o se roban la costa para venderla en el black market.
La sobrepoblación es la causa
"El tema de la arena viene como una sorpresa para muchos, pero no debería", explica Pascal Peduzzi; un investigador del Programa de las Naciones Unidas. "No podemos extraer 50 billones de toneladas por año de ningún material sin dirigirnos a impactos masivos en el planeta y en la vida de las personas". La causa de la crisis de arena es la vertiginosa tasa de edificicación. El mundo se está quedando sin arena y serán los países en vías de desarrollo los que paguen la factura. Cada edificio, carretera o chip de nuestra civilización requiere de arena transmutada, y eso genera un mercado trillonario.
"El tema de la arena viene como una sorpresa para muchos, pero no debería", explica Pascal Peduzzi; un investigador del Programa de las Naciones Unidas. "No podemos extraer 50 billones de toneladas por año de ningún material sin dirigirnos a impactos masivos en el planeta y en la vida de las personas". La causa de la crisis de arena es la vertiginosa tasa de edificicación. El mundo se está quedando sin arena y serán los países en vías de desarrollo los que paguen la factura. Cada edificio, carretera o chip de nuestra civilización requiere de arena transmutada, y eso genera un mercado trillonario.
Las mafias de la arena recorren todo el sudoeste asiático creando un cuantioso mercado negro.
La
mafia de la arena se ha aposentado en países como la India, donde el comercio
ilegal de este mineral es un gran negocio. Otro ejemplo, está en Hong Kong
donde el gobierno fue forzado a establecer un monopolio estatal sobre la arena
y sus comercio, solo para tratar de parar la relampagueante crisis de violencia
que había sobre esta materia prima. A día de hoy, las mafias de la arena operan
en una docena de países desde Jamaica a Nigeria, pasando por Malasia. Es la insospechada
materia prima que está moviendo al mundo junto al petróleo.
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