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“La única batalla que importa es la lucha contra el Cambio Climático”

Fue salir por la puerta del metro de Plaza Cataluña y encontrarme una suerte de III Guerra chechena entre partidarios de la Unión Española (que iban a una manifestación de un sindicato policial, llamado “USAPOL”) y unos secesionistas catalanes que lo mismo vacacionaban en Irak a juzgar por las protecciones robocopianas que llevaban. Aquello no olía a Greenpeace. La manifestación contra el Cambio Climático la encontré 3 horas después tras esquivar ordas de policias, algunos no muy friendly. “La única batalla que importa es la lucha contra el Cambio Climático”, leí en una humilde pancarta sostenida por cañas de bambú. Así, fue como  dí con la concentración por el planeta  que recorrió las calles de Barcelona durante este sábado pasado. 



El lema lo sostenía una activista en las cercanías de un Arco del Triumfo que debería haber estado mucho más lleno con los partidarios de un evento tan crucial como es la lucha contra el Cambio Climático. Aún así, llegué a divisar a 3.000 personas, en una concentración que arrancó Despacito; con versiones ecologistas del ya clásico del pachangueo de Luis Fonsi y que se fue animando a golpe de una batucada que parecía sacada de un teatro underground de Wagner. El punto álgido llegó con una versión 'verde' de Bella Ciao interpretada por una dedicadíssima voluntaria que me hizo creer que podíamos parar el CC ahí mismo. 

Bloque nº1: diagnóstico del marrón que se nos viene encima
La concentración que servirá para calentar el ambiente antes de la reunión del C40 en Barcelona, se dividía en cuatro bloques: diagnóstico del problema, soluciones, causas, consecuencias y trabajo colectivo. Objetivo nº1: diagnosticar el problema. Uno grande: “Solo tenemos 12 años para parar el Cambio Climático”, rezaba la pancarta madre de la mani a medida que se avanzaba a trote ligero por los flancos del Parque de la Ciutadella. El problema será ése, y también cómo contraponerse a las fuerzas que parecen dispuestas a seguir con su línea de negocio a pesar de que saben que el CC es real y nos afectará a todos. 


               Los efectos del Cambio Climático podrían dejar al ser humano bajo tierra. 

Bloque 2: buscando soluciones
El sol caía a plomo y el termómetro marcaba 25º en un día que distaba de parecerse al frío día de noviembre que se podía haber esperado. “Cambio Climático”, aseguraban los integrantes del Bloque 2 de la concentración a cargo de la búsqueda de soluciones. Por ese barrio, se vio mucho las nuevas tecnologías que han aparecido para absorber dióxido de carbono últimamente; como los árboles artificiales con hojas de metal, el cemento atrapa carbono o el diésel artesanal a base de Co2.


        Buscar soluciones al CC y, sobre todo, implementarlas en un desafío que debíamos haber cumplido para áyer. 


Bloque tercero: ¿quién tiene la culpa?
A medida que la manifestación avanzaba hacia la Estación de Francia, los ánimos se iban cargando entre los manifestantes y los dardos contra las cabezas visibles del cártel económico se iban haciendo cada vez más aceradas. Repsol, Endesa y Gas Natural se llevaron las peores pancartas, con varios diseños atrevidos en negro funeral y blanco calavera. Una gran pregunta atravesaba la manifestación mientras recorría los pasos de la Avenida Marqués de Argentera a la altura de la modernista Estación de Francia. “¿Por qué (estas empresas) no se están adaptando a la realidad de los tiempos?”



      Este hombre planta-banquero quería lanzar una relfexión sobre el papel del capital en el CC. 


¿Qué será de las victimas?
El peor papel, sin embargo, se lo llevo la estatúa de Colón. A medida que la concentración avanzaba hacia los muelles del puerto, aparecían los gestos de solidaridad con los pueblos de Latinoamérica. El cuarto bloque de esta concentración estaba destinado a solidarizarse con las víctimas medioambientales que ha padecido el planeta desde el comienzo de la Revolución Industrial. Las pancartas de apoyo a los pueblos de la Amazonía, se sucedían con los mensajes contra los monocultivos de palma y las desesperadas llamadas de atención contra la extinción de los orangutanes de Borneo.


     Una asistente a la manifestación sostiene una pancarta contra el aceite de palma.

La responsabilidad es de todos
La manifestación acabó con una llamada de atención sobre la necesidad de implicar a todo el mundo en la que, probablemente, sea la última opción para parar el Cambio Climático. Uno de los principales puntos de los Acuerdos de París era reducir un 20% la emisiones de gases de efecto invernadero para 2020. Estamos lejos de lograrlo.

Según la ONG Climate Action Tracker (CAT), solo Marruecos y Mauritania encajan, de momento, con el descenso en emisión de gases de efecto invernadero para llegar a los Acuerdos de París. Estados Unidos, por ejemplo, genera 5.17 toneladas de Co2 por persona y año; detrás de China (la mayor contaminante) que genera 16.39 toneladas métricas por persona. Si todos los países del mundo contaminaran lo mismo que Estados Unidos o China, para 2.100 veríamos un aumento de 4º en la temperatura global.

        


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