La Tierra se ha calentado 1 grado desde el
principio de la Revolución Industrial. Puede que no parezca mucho, pero es sin
duda el principio de una escalada con consecuencias finales. Sin embargo,
podríamos haber parado todo esto si hubiéramos sido fieles a la ciencia durante
década de 1979 a 1989. Un gran número de físicos, biólogos y académicos intentaron
avisarnos de que estábamos poniendo en jaque nuestro planeta. Entre ellos, el célebre económista y Premio Nobel William Nordhaus quien predijo el mundo en el que vivimos hace más de 40 años.
¿Por qué nadie les hizo caso? Se pregunta
Nathaniel Rich, autor del libro Losing Earth, donde se desgranan las
estrategias que utilizaron los lobbys de Washington para poner el freno
de mano a la investigación sobre el calentamiento global. Han pasado cuarenta
años, y algo que podría haberse solucionado si se hubiera actuado maduramente,
va camino de convertirse en el mayor problema al que se ha enfrentado la raza
humana. De acuerdo con un reciente estudio, tenemos 1/20 de sobrevivir
si seguimos con las emisiones actuales.
Se sabía desde los años 50
Los efectos de la contaminación atmosférica debido
a los combustibles fósiles ya se sabían desde mediados de los años 50. Casi
todo lo que conocemos sobre el Cambio Climático ya se sabía en 1979. Durante ese
año, se confirmó lo que ya se sabía desde principios del siglo XX: los seres
humanos han alterado la atmósfera de una manera indiscriminada gracias a la
quema de combustibles fósiles. El paradigma científico se había establecido
más allá de cualquier debate; y cuando empezaron los 80, la atención se
trasladó desde el diagnóstico de los problemas hasta el refinamiento de los
efectos.
El ya clásico de la ambientología ahonda en la
historia del negacionismo climático.
Losing Earth nos explica al pasar de las páginas como las
primeras menciones al efecto invernadero ya aparecen en algunos libros de texto
de la década de los 1900. La ciencia básica no era muy complicada, se podía
reducir a un simple axioma de sobras conocido: cuanto más dióxido de carbono se
lance a la atmósfera, más caliente estará el planeta. Y cada año, puntualmente,
el ser humano ha ido entregando obscenas cantidades de dióxido de carbono a la
atmósfera.
Temperatura de cocción
El mundo se ha calentado más de 1 grado desde la
Revolución Industrial. El Acuerdo de París
— el urgente, inquebrantable y todavía incumplido acuerdo firmado en el
día de la Tierra en 2016— esperaba mantener la temperatura en un máximo de 2
grados por encima de lo que sería normal en el planeta sin la mano del
hombre. A día de hoy eso parece imposible. Y si por algún milagro lo
consiguiéramos, tendríamos que negociar todavía la extinción de los arrecifes
tropicales, el aumento del nivel del mar y la desaparición del Golfo Pérsico.
Ese seria el mejor escenario posible.
Este libro ya ha sido apadrinado por la
fundación Pulitzer y está arrasando en Amazon.
Pero, ¿por qué no actuamos? Según Nathaniel Rich,
la industria de los combustibles fósiles ocupó durante décadas el rol del
villano climático. En un extraño capítulo, el autor asegura que las compañías
de hidrocarburos han formado parte del imaginario popular como los principales
pioneros del CC, pero que la acción pública y política solo comenzó a partir de
1990 cuando ya era muy tarde. Va más allá; asegurando que durante la década de
los 70, compañías como Shell o Exxon hicieron buenos esfuerzos para encontrar
soluciones al Cambio Climático.
Escalera de color climática
Estamos inmersos en una escalera de color
climática que va a llevarnos a un lugar bastante oscuro (y cálido). Con una subida
de 2º (máximos de los Acuerdos de París), viviríamos en un mundo que nos se ha
visto desde hace 11.000 años — cuando los océanos cubrían un 60% del planeta—. Pero
eso, se ve como un milagro dado que ya llegamos tarde y la previsión de subida
es de entre 3º y 4º grados. Con una subida de tres puntos veríamosincendios masivos en el Ártico, la muerte de todos los arrecifes de coral y la desapariciónde un 30% de la superficie terrestre.
Hace 40 años ya se barajaban los escenarios para
los que no hay preparación hoy día.
En el caso de que subamos 4 grados (a donde vamos dirigidos
según el Panel Integubernamental sobre el Cambio Climático), Europa estaría en
permanente sequía; vastas áreas de China, India y Bangladesh desaparecerían engullidos
por los desiertos. Adiós a la Polinesía en el fondo del mar. Y América del sur
se convertiría en ampliamente inhabitable. Los científicos, sin embargo,
advierten que una subida a los 5º representaría el posible final de la civilización
humana.
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