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Nadie está cumpliendo los Acuerdos de París


Ninguno de los países que firmaron los Acuerdos París está cumpliendo el pacto firmado en la capital gala durante 2015, a excepción de Mauritanía o Marruecos (esto es un absoluto misterio), según alerta un informe de la ONG Climate Transparency. El problema está bajo la piel de todos los estados. El 82% de la energía de los países del G20, por ejemplo, proviene de combustibles fósiles. De seguir así, veremos una subida de 3.2 grados Celsius, desde la Revolución Industrial, para 2100. Eso significará el aumento del nivel del mar, el avance de los desiertos, el desbordamiento de las corrientes migratorias y la escalada de las catástrofes naturales. 



¿Qué pasaría si la temperatura de la Tierra aumentar así? La comunidad científica apunta a que veríamos una desertización del sur de Europa que nos traería el desierto a casa. Los estuarios (zonas donde los ríos se juntan con el mar) como el Támesis, el Río de la Plata o el Missisipi se verían inundados poniendo en jaque la vida de 2 millones de personas. Las islas del sudeste del pacífico como Maldivas o Tuvalu quedarían sumergidas bajo el agua. El mundo se volvería un lugar más pequeño e inhabitable acentuado las migraciones y la concentración de personas en los países occidentales.

El CC es una amenaza real y tendrá consecuencias
Las mayores economías del mundo siguen sin arremangarse para luchar contra el calentamiento global. Los países del norte como Estados Unidos, Canadá o Alemania siguen destinando más subsidios a las compañías de combustibles fósiles que a las compañías de energías renovables. En todo el mundo, se destinan cada año 440 billones de dólares para financiar una industria caduca que amenaza la vida en el planeta.

           
        El medioambiente nos va a pasar una factura guapa con intereses y recargos.

Y eso es solo la mitad de la naranja. Los países del G2O radicados en el hemisferio sur están afilando el hacha para salir al paso de sus graves problemas económicos. El fortalecimiento del dólar que venimos experimentando en estos últimos meses ha provocado el declive de economías de economías como la brasileña, la argentina o la indonesia que han encontrado en las exportaciones madereras una vía de escape para solventar sus problemas. Y eso significa, inequívocamente, más deforestación.  

Todo esto (y más) llega en un momento en el que el Panel Intergubernamental Para el Cambio Climático (IPCC) ha anunciado que veremos un aumento de 1.5 grados para 2030 que provocará el deshielo del Polo norte, trastocará las corrientes marinas y aumentará las catástrofes naturales. Viene a decir que los Acuerdos de París estarán obsoletos para 2030. Será como cuando la gente promete dejar de fumar en nochevieja y para reyes ya está tiritando a la espera de que abran la verja del estanco por la mañana.


          
         
  Para mantener nuestro planeta tendríamos que cortar la emisión de petróleo en un 50%.
            
El estudio también asegura que “veremos una subida de 2 a 3 grados” en la temperatura mundial para 2100 si seguimos con este ritmo de contaminación. Eso bastaría para fundir ambos polos, elevando el nivel del mar hasta la altura de la cabeza de la estatua de la libertad, por poner un ejemplo. Aunque, ese no es el peor escenario. Si el mundo siguiera los patrones de consumo de Co2 actual de los países que menos han seguido las pautas de los Acuerdos de París (Turquía, Rusia, Brasil e Indonesia) nos veríamos abocados a un aumento de 3 a 4º en la temperatura global. 

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