Cuando la
vida te golpea, a veces es necesario devolverle el golpe. Eso debió pensar este
orangután de la isla de Borneo cuando su bosque se vio amenazado por la
poderosa mandíbula mecánica de una retroexcavadora. La batalla es evidentemente
injusta y el resultado es anticipadamente desigual (el orangután acaba cayendo
al suelo). Sin embargo, podemos asistir a un gesto de coraje asombroso que
demuestra grado de comprensión de estos animales y su indignación ante la
desaparición de sus hábitat natural. Desgraciadamente, escenas como estas son
cada vez más corrientes en Indonesia; donde 10.000 orangutanes han muerto entre 1999 y 2015. La tala ilegal y
la deforestación para dejar paso a los monocultivos de aceite de palma son las
dos caras visibles tras el peligro de desaparición que corre este simio.
“Desgraciadamente,
escenas como esta son cada vez más frecuentes en Indonesia”, comentan las voces
tras este vídeo grabado por un grupo ecologista en 2013, que fue guardado en el
cajón hasta finales de este verano. El orangután consiguió salvar la vida y fue
trasladado a un centro de recuperación. El bosque donde vivía desapareció. De
acuerdo con los datos de la Wild Life Fundation (WWF), la mitad de la población
de orangutanes ha desaparecido en los últimos 60 años. Y el 55% de su hábitat se ha evaporado durante los últimos 20 años. Lo que antes eran extensos bosques
de verde penetrante; ahora son monótonos cultivos de aceite de palma de donde
se sacará un producto refinado utilizado en la elaboración de bollería, chocolates
o productos cosméticos.
Una escena de locura cuotidiana
La escena
parece una completa locura, pero el caso es que es algo que cada vez se está
repitiendo más en el archipiélago de las islas de Borneo. Si los bosques se
cortan, los animales que viven dentro se mueren. No hay otra. Desde 1973 se ha
cortado un 41.1% de la selva bosque de Borneo; lo que representa un golpe
tremendo a uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta. El
gobierno malayo se posiciona en contra: las plantaciones de palma son muy
rentables y las apoya con todos sus medios.
Las relaciones sociales entre los orangutanes son de una complejidad emocional increíble.
Por el
camino, se quedarán especies como el orangután de Borneo; una hermosa especie
que comparte el 98% de nuestro código genético. Actualmente, quedan entre
45.000 y 70.000 especímenes en los bosques de Borneo (catalogados como en “peligro
de extinción) y unos 7.000 en la isla de Sumatra (catalogados como en “peligro
crítico”). No es una situación que parece que pueda revertirse a corto plazo,
debido a la precariedad económica de las zonas rurales de Borneo y Sumatra y a
los ingresos extra que produce el cultivo de aceite de palma.
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