Bolsonaro declara la guerra a los indígenas de la Amazonía

Jairo Bolsonaro ha inaugurado su presidencia con una decisión muy agresiva en contra del pueblo indígena de Brasil. El nuevo presidente carioca ha decidido quitar a la FUNAI (el Departamento brasileño de Asuntos Internos) la responsabilidad de demarcar los territorios indígenas. Y ha trasladado estas competencias al Ministerio de Agricultura. Los pueblos indígenas de la Amazonía ha entendido esta decisión como una amenaza tácita de guerra para los pueblos de la selva. Tras esta decisión, aparece la voluntad de continuar con el megaproyecto de la autopista transamazónica que atravesaría toda la selva para hacer más eficiente el transporte de mercancias por el mayor bosque tropical del mundo. 

Tereza Cristina, la nueva ministra del ministerio de agricultura tendrá a su cargo la responsabilidad de demarcar los territorios indígenas. Bolsonaro es conocido por su política expansionista de la agricultura y llegó a declarar varias veces durante su campaña que “donde hay indígenas hay minerales y recursos bajo la tierra”. Sus conexiones con el sector de la minería datan de su época en el ejército y son muchos quienes apuntan a que podría ser la punta de lanza del sector energético en el gobierno de la bicolor. 

Tic-tac: catástrofe medioambiental en marcha

La catástrofe medioambiental ya se está fraguando a ritmo de bulldozers y cadenas de motosierra. Para muchos, los indígenas son los auténticos guardianes de la Amazonía: una extensión de bosques fluviales del tamaño de Europa donde hay (catalogados) más de 7.000 compuestos farmacéuticos. La amenaza es bastante concreta como demuestra el nombramiento de Ernesto Araujo como ministro de medioambiente; quien considera el Cambio Climático “una conspiración marxista”. Araujo está siendo investigado por los tribunales por recalificación urbanística de áreas naturales a favor del sector minero.

Todo tiene bastante mala pinta. “Es una pena que el genocidio indígena no fuera tan eficiente como fue en Estados Unidos”, soltó Bolsonaro durante su campaña electoral. En Brasil quedan alrededor de 100 tribus no contactadas, más que en cualquier lugar del mundo y están en peligro; a menos de que sus tierras sean protegidas. Al menos 110 indígenas perdieron la vida el año pasado en el país carioca.

       Los indigenas del Amazonas se encuentran bajo una fuerte presión colonizadora.

La mayor reserva del planeta en jaque

La explotación de la Amazonía ha sido un desafío para todas las civilizaciones que han intentado adentrarse en sus inaccesibles meandros y engañosas corrientes. Los poderosos incas tuvieron que ceñir su civilización a las faldas de la Amazonía, donde los nevados Andes se encuentran con la selva. No fue diferente para españoles y portugueses que arrastrados por la fiebre del oro se dejaron la vida en sus ríos infestados de pirañas, caimanes y otras criaturas que algún día pueden dar una buena sorpresa a la ciencia.

Pero, ninguno contaba con los medios con los que cuenta hoy el gobierno actual de Jairo Bolsonaro. Poco más de dos décadas después del fin de la dictadura militar brasileña (1963-1985) el gobierno de Bolsonaro vuelve a tomar las directrices de los primeros colonos portugueses: explotación de las materias primas, propagación del cristianismo e instauración de las oligarquías financieras. Una vuelta a la derecha más extrema y populista que amenaza con recortar todavía más los derechos ancestrales de los legítimos propietarios de la Amazonia brasileña.

     La desparición de la cultura amazónica lastrará a todo el planeta. 

¡Visita la página web de Survival e informate a tope sobre este tema!

Más noticias sobre la Amazonía en los siguientes artículos: 
- 10 calamidades que podrían acabar con el Amazonas 
- 10 leyendas amazónicas para descubrir el corazón de la selva 
-  Un libro de la vida impreso en la blockchain podría salvar al Amazonas
-  Un escape de crudo verte 8 mil litros de petróleo a los ríos de la Amazonía