Durante el primer trimestre de 2019, aumentó un 54% la
deforestación de la selva amazónica con respecto a los mismos indicadores del
año pasado. Justo después del inicio del gobierno de Jairo Bolsonaro, ha
aumentado (de manera dramática) la tala de árboles en el mayor bosque fluvial del
mundo. Según un estudio de la agencia forestal de la Amazonía, fueron detectados
100 km2 de floresta destruida durante este trimestre. Uno de los peores trimestres para las selvas
Amazónicas que ha coincidido con la subida al poder del nuevo presidente de
Brasil, Jairo Bolsonaro.
Por si fuera poco, los estados que más han sufrido esta
deforestación han sido Pará (con un 37%), Mato Grosso (con un 32%) y Roraima
(con un 16%). Lo que inclina la balanza de la deforestación amazónica dentro de
los confines del país carioca. El balance total de este desbarajuste asciende
hasta los 1.800 millones de árboles. La mayoría de estas tierras pertenecían a
tenedores privados (un 67%), pero también hay un importante porcentaje de
tierras indígenas (7%) y de áreas de protección natural (5%).
1.800
millones de árboles cortados en un solo año
Definitivamente, algo muy chungo está pasando en el
Amazonas. Solo durante el año pasado,
desaparecieron 1.800 millones de árboles; lo que es una auténtica barbaridad.
Desde 2008, no se registraba un descenso de masa forestal tan grande en el
mayor pulmón del planeta. El gobierno apoya también un cambio legal que
debilita la protección ambiental y ofrece amnistía a quienes hayan cortado
árboles ilegalmente; lo justifican por la necesidad de crecer económicamente.
Mac Donalds es uno de los principales desforestadores privados de la Amazonía.
La pérdida de árboles influye más allá de las fronteras
de Brasil. Conlleva una remodelación del clima en todo el hemisferio
occidental: la pluviselva inyecta en la atmósfera 20.000 millones de toneladas
de vapor de agua al día por medio de la transpiración de las hojas un aporte
que tiene efectos en cadena en los sistemas climáticos de otros continentes.
Una combinación desastrosa de talas, incendios y #CambioClimático podría
transformar vastas franjas del sur y del este del Amazonas en una sabana. En
una sabana. En una sabana.
Los bosques del Amazona son vitales
Los bosques de Perú están bajo asedio. Por toda la
Amazonia peruana, madereros ilegales y otros "legales",
igualmente destructivos, se dedican al madereo a gran escala de los últimos
árboles de caoba (Swietenia macrophylla) y cedro (Cedrela odorata), dos
especies de gran valor. De acuerdo con las últimas estimaciones, un 90 por
ciento de la madera extraída en la Amazonia peruana es ilegal. Las cifras
oficiales informan que la mayoría de la madera dura peruana es exportada a
México, Estados Unidos, Canadá y Bélgica. Gran parte de esta madera es importada
en violación de los acuerdos internacionales de protección al medio ambiente
(como CITES).
El 20% de la extensión histórica del Amazonas ha sido talado ya. No volverá.
Los tablones de origen ilegal de los territorios
amazónicos (Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador y Colombia) son incorporados en el
mercado internacional con documentos oficiales que casi nunca son verificados.
Las mafias ahora están detrás de nuevas especies forestales, pero los gobiernos
no hacen nada para protegerlas. Con la llegada del presidente Bolsonaro, la situación está escalando tan rápidamente que ya han sido varios los enfrentamientos armados entre indígenas y madereros.
Más historias para conocer los secretos de la Amazonía:
Comentarios
Publicar un comentario