Otra muerte en la Amazonía a manos de los madereros ilegales. Se llamaba Paulo Paulo Guajajara. Los madereros que
acabaron con su vida también hirieron a su compañero, Laercio Guajajara, tras
una reyerta en el terreno selvático del estado brasileño de Maranao. Paulo era
miembro de los llamados “Guardianes del bosque”; un grupo ecologista de
indígenas que está intentando salvar la selva Amazónica de la tala ilegal a su
paso por el estado brasileño de Maranao. Desde que el gobierno de Jair
Bolsonaro se aupara al poder a principios de año, han aumentado casi la mitad
de los ataques a reservas indígenas y la expoliación de madera.
El ataque fue contra dos de los guardianes de la reserva de Araibóia, hogar de cerca de 6.000 indígenas de las étnias Awá, Guaja y Guajajara muchos de los cuales son parte de los últimos indígenas no contactados del mundo. Paulino formaba y su socio, Laercio Guajira, mientras patrullaban la parcela de selva otorgada a sus grupos indígenas ante la escalada de invasiones que están sufriendo sus tierras.
En el nombre de Bolsonaro
Bolsonaro ha vociferado su desacuerdo con la demarcación de tierras indígenas, establecida en la constitucion nacional, y defiende la explotación comercial de estas áreas donde viven 517.000 indígenas. Miembros de la reserva Araibóia han denunciado ya constantes intrusiones de los madereros y otros grupos que ingresan en sus tierras indígenas para explotar sus recursos. El fallecido líder indígena ya había denunciado las amenazas varias veces, entre ellas en un video divulgado por Survival International en octubre de 2018: "Nos quieren matar a todos".
El mundo estaba en sobreaviso
No se puede decir que este asesinato haya sido fortuito: en junio, los guardianes de la selva avisaban de esta situación en un video que publicaron en Youtube."Los madereros están pagando a pistoleros para matar a los guardianes. Estamos preocupados con esas amenazas. Ya hubo disparos a casas de guardianes. No queremos guerra, sólo queremos resistir", decía entonces Olimpio Guajajara, coordinador del grupo, quien aparecía sentado adelante de Paulo y Laércio, y pedían protección a las autoridades.
"Somos un impedimento para ellos", comentó Laercio Paulino antes de que lo mataran. "El mundo nos necesita, vamos a luchar hasta el fin",
dijo. "El mundo nos necesita para respirar, vamos a luchar hasta el fin".
Pero, Paulino murió con un disparo en la espalda, y no volverá a ver la selva
que tanto amaba. De igual manera que los 16 defensores del medio ambiente que han muerto en lo que va de año.
En lo que llevamos de año ha aumentado un 44% los casos de caza ilegal y
expolio vegetal en tierras indígenas brasileñas. Paulo Guajajara estaba cazando
con su socio, Paulo Guajajara, cuando dieron con un grupo de seis madereros
ilegales que penetraban en su reserva. Salió a su encuentro, armado de su arco
y flechas, y se produjo un fuego cruzado que le costó la vida a él y a uno de
los madereros.
Tiempos
muy oscuros se proyectan en la selva de la Amazonía.
Bolsonaro ha vociferado su desacuerdo con la demarcación de tierras indígenas, establecida en la constitucion nacional, y defiende la explotación comercial de estas áreas donde viven 517.000 indígenas. Miembros de la reserva Araibóia han denunciado ya constantes intrusiones de los madereros y otros grupos que ingresan en sus tierras indígenas para explotar sus recursos. El fallecido líder indígena ya había denunciado las amenazas varias veces, entre ellas en un video divulgado por Survival International en octubre de 2018: "Nos quieren matar a todos".
El mundo estaba en sobreaviso
No se puede decir que este asesinato haya sido fortuito: en junio, los guardianes de la selva avisaban de esta situación en un video que publicaron en Youtube."Los madereros están pagando a pistoleros para matar a los guardianes. Estamos preocupados con esas amenazas. Ya hubo disparos a casas de guardianes. No queremos guerra, sólo queremos resistir", decía entonces Olimpio Guajajara, coordinador del grupo, quien aparecía sentado adelante de Paulo y Laércio, y pedían protección a las autoridades.
El
Amazonas va camino de convertirse en una sabana para 2050.
"El gobierno es responsable por haber creado las condiciones para que el
crimen ocurriese", dijo la investigadora de la ONG Survival, Sarah Shenker
quien cree que la violencia en la región se ha recrudecido durante la gestión
del ultraderechista Jair Bolsonaro. "Sus palabras racistas y propuestas
genocidas, anti indígenas, dan una especie de luz verde. Los invasores se
sienten con más confianza para invadir con impunidad", dijo Shenker.
La Amazonia no es un supermercado
La Amazonia no es un supermercado
La tala ilegal de maderas nobles y la
deforestación para ganado son señalados como los principales motivos de las
invasiones en región Amazónica; el hogar de centenares de pueblos indígenas,
algunos de ellos no contactados. La extracción ilegal de madera noble y la
deforestación para ganado son apuntados como los principales motivos de las
invasiones en la región amazónica, casa para decenas de pueblos indígenas,
algunos de ellos no contactados.
Ha sido un año malíssimo para los defensores del medio ambiente.
Más caña para la heremoteca climática:
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