Como si
fueran dos grandes plagas que luchan entre sí a destiempo. Así, es como el
temido Covid19 ha resultado en un extraño
compañero de viaje en la lucha contra el Cambio Climático. El bajón de contaminación empezó en Wuhan (China) gracias a
la cuarentena que marcaron las autoridades chinas durante el mes pasado; y que
ha provocado un bajada del 25 por ciento en la contaminación del país del sol naciente.
No ha sido solamente el
Co2 de la atmósfera lo que ha bajado radicalmente, sino la tasa del peligroso Dióxido de Nitrógeno (No2) que
participa en hasta 400.000 muertes por insuficiencia respiratoria en la
UE y que está
relacionado con la lluvia ácida. Tanto ha sido la rebaja en la contaminación
que la Organización Mundial de Metereología (La OMM) ha lanzado el reto de
"mantener los niveles de contaminación una vez haya pasado la
pandemia".
La diferencia está en el
No2
El dióxido de nitrógeno es
un gas de efecto invernadero que produce, sobre todo, la industria y los
automóviles diésel. El No2 tiene un efecto invernadero 300 veces más
potente que otros gases como el dióxido de carbono. Sorprendentemente,
la mayor fuente de esta contaminación no es otra que los fertilizantes
agrícolas que maximizan la producción en los campos. Esta parada de la
producción industrial también nos ha traído un parón en los demás gases de
efecto invernadero (H20, CO2, N20, CH4, O3).
El derrumbe del No2 es una de las mejores noticias de esta cuarentena.
Pero, los expertos avisan del peligro del temido efecto
revancha que ya se ha dado en otras ocasiones. O lo que es lo mismo:
como la gente contaminará más cuando se acabe la cuarentena y revertirá la
situación. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) avisa de que
"el bajón de la contaminación puede ser solo temporal, y verse reemplazado
cuando acabe esta epidemia". El derrumbe del No2 es
una de las mejores noticias de esta cuarentena.
El efecto 'salvavidas del coronavirus'
Pese a que el coronavirus se ha convertido en una pandemia con un gran reguero
muertes, también tiene su lado positivo: el mundo se ha detenido y el virus
podría haber salvado más vidas de las que se ha llevado. En el mundo 400.000 personas mueren de contaminación
atmosférica cada año; mientras que en España son 16.000 las que padecen estos
afectos de manera anual.
El efecto del coronavirus ha dejado desiguales balances en la población mundial.
En Madrid, por
ejemplo, la contaminación mataba a 14 personas al día; mientras que
el corona está haciendo lo propio con 35. La contaminación
atmosférica es una pandemia que preocupa poco a la sociedad en general, pero
cuyos efectos son mucho más letales que muchos virus. La contaminación del aire
representa un importante riesgo medioambiental para la salud, y es directamente
responsable de muchos accidentes de pulmón o neumopatias crónicas y agudas,
entre ellas el asma.
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